♟️29: Un secuestro y un presentimiento ♟️

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Isabella Victoria Morgan

Me desperté cuando la luz del sol medio en plena cara, me tape los ojos con la almohada blanca que tenía en mí costado hasta que el olor a perfume entro en mis fosas nasales. Fue ahí donde recordé que había estado con el maldito de Alexander Collins.

Giré la cabeza y alargue mí mano buscando mí celular en la mesita de luz, al encontrarlo abrí mis preciosos ojos y vi la hora, eran las diez y media de la mañana. Volví a sentir el olor al desgraciado ese y con histeria susurré para mí misma:

-Te odio Alexander - cierro los ojos y respiro profundamente para tranquilizarme, pero seguía sintiendo ese olor molesto que me hacía sentir miles de cosas a la vez. - ¿Que mierda me hiciste?. Dios, lo odió en todos los idiomas posibles - sigo hablando para mí misma y sin darle más vuelta al asunto me levanto de la cama yendo hacía el baño para pegarme una ducha - Joder. ¿No querés dejar el perfume arriba de la mesita de luz también? - hablar sola aveces me liberaba del estrés, pero hoy no era el día.

Desde ayer que folle con Alexander en cada rincón de la casa no me quedaba otra opción ya que lo extrañaba, pero alejarme de él era lo mejor para mí y mí propia familia. Su perfume estaba por todas partes, malhumorada y con un dolor de pecho horrible empece a cambiar las sábanas y ponerlas a lavar, limpie todo el departamento para después tirar mí propio perfume en toda la casa, pero lamentablemente no se fue por ningún motivo su olor a fragancia masculina

Lo odiaba por como me hacía sentir y me odiaba porque ayer accedí a él muy rápido. No quería, pero mí cuerpo flaqueo de alguna manera y accedió a cada caricia de él.

Salgo al balcón con mis cosas de la universidad en mano para estudiarlas y miro al lado, su balcón vacío con dos sillones hizo que rodará los ojos.

-Te odio - suelto en un suspiro cansador como si estuviera allí mismo

Estuve casi toda la mañana estudiando, por suerte tenía tiempo para ser mis cosas hoy a la tarde. Decida me fui a cambiar mí pijama por unos jeans y una remera corta para salir, me calce las zapatillas blancas altas y salí de mí departamento sin mirar la puerta del frente, me metí al ascensor antes de que él salga de su piso.

Decidí juntarme con mis amigos en la única cafetería que más me gustaba. Tiempo después ya estaba sentada en unos de los sillones esperando a que ellos lleguen. Algo que me pareció raro es que me sentía vigilada desde que salí de casa. Miraba a todos lados asustada, pero no estaba ni la sombra de Casper.

Yo sabía que no tenía que salir del departamento, pero necesitaba un cambio de aire y no me quedaba otra que hacerlo, además hoy era lunes, recién empezaba la semana. No fui a clases por el miedo que contengo encima, pero quería salir y disfrutar con mis amigos.

-Mirenla - señalo Adán sentándose a mí lado - la chica que falta a la universidad

-Sabes porque lo hago - susurre - tengo miedo de que me llegué a pasar algo

-Nosotros tenemos miedo por vos, Isa - Adán mira a Eleanor quien ya estaba sentada frente a mí agarrándome la mano con un puchero

-Es cierto, tenemos miedo - niego para calmarla

El camarero vino como si fuese la campana de salvación, pedimos la comida y se fue dejándonos solos devuelta.

-¿Saben algo de mí carrera?

-Si, me encontré a una compañera tuya - me dice Eleanor sacando unas hojas de su mochila - me dio esto. Me dijo que te dijera que el profesor te mandaba un trabajo práctico para aprobar el año, por parte de él claramente. No sé cómo harás en las otras materias

Juegos peligrosos [Completa] +18 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora