seis

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—¡¿La invitaron aquí?!

Mikey me miró extrañado cerrando el libro que tenía entre las manos y alzó una ceja por mi reacción. 

—Sí, ¿Cuál es el problema? ¿La conoces?

—Estás vacaciones están destinadas a ser familiares, Mikey. No es por ser malo, pero...

—No me importa, Gerard. Si mi prometida quiere que su amiga venga, y ella va a pagar sus cosas, no le veo nada de malo. 

Estaba soportando mucho para no lanzarme encima de él.

—Eres tan egoísta. 

—Tú eres el egoísta.

Apreté los labios molesto y me encaminé para buscar a Frank. Cuando lo encontré en la habitación me detuve en seco porque vi que velozmente ponía ropa en una maleta pero no le tomé tanta importancia.

—Frank, no vas a creer lo que está pasando. 

—Sí lo sé, me voy de aquí —respondió sin verme porque seguía empacando sus cosas. 

—¿Te... vas? —pregunté y el castaño volteó finalmente. —No entiendo. 

—Tengo que irme.

—¿Por qué?

—Kristin me preguntó en la mañana si podía venir una amiga suya y cuando me dijo que era Jamia supe que tenía que irme lo antes posible. No estoy interesado en presenciar un espectáculo de mierda. 

—Pero... no puedes dejarme aquí —dije asegurándome de que la puerta estuviera cerrada para que nadie nos oyera. —¿Qué le diré a mi familia?

—Cualquier cosa Gee, pero tengo que salir antes de que venga esa demonio. 

Sentí que una punzada de dolor me golpeaba el pecho, Frank se iba y nadie podría evitarlo. Tenía que entenderlo, ya que si ellos se cruzaban yo iba a terminar muerto y humillado. A pesar de que nuestra relación era falsa, no podía evitar que teníamos algo especial. 

—Anoche me dijiste que...

—Crucé la línea, lo sé. Mis sentimientos son reales, pero si te incomodan tengo que mantenerme al margen —Frank dejó sus cosas y se acercó a mí para que escuchara todas sus palabras. Mi corazón comenzó a acelerarse. —Creo que eres una persona muy bella. Tienes el corazón más puro que cualquier persona que haya conocido, y sin importar lo que suceda en el futuro, nunca olvidaré todo lo que me hiciste sentir en estos días. Nunca olvidaré los bellos momentos que pasamos juntos, ¿tú sientes lo mismo?

Claro que lo sentía, pero tenía que ser realista y Jamia venía en camino. Tenía razón, así que tenía que sacarlo de inmediato de la casa, sin importar que yo mismo rompiera mi corazón y de paso el suyo. 

—Teníamos un trato. Eres mi prometido falso y yo tu asistente. 

El castaño asintió frunciendo un poco el entrecejo y regresó para cerrar su maleta. 

—Entonces me voy, esto no debe ser gran cosa para ti. Creo que ya comprendí todo. 

—Pero... que te vayas es un gran problema. Seguro podemos resolverlo. 

—Escucha Gerard, estos días han sido divertidos, pero el negocio tiene que ser primero. Si Jamia descubre que estoy de vacaciones familiares con la familia de mi otro prometido, voy a estar muerto. 

—¿No puedes mentir en esto también?

—¿Y cómo diablos voy a explicarlo?

—Puedes decir que soy tu hermano perdido. 

My fiance |Frerard|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora