ocho

75 12 12
                                    

Pasaron unos días, mi corazón se estaba rompiendo por Frank, ese día y esas escenas se siguieron reproduciendo en mi cabeza una y otra vez. Hoy me encontraba con mamá en una cafetería, y estábamos platicando de todo y nada. Yo durante mucho rato me quedaba viendo la taza con café que había pedido, pero que no había tomado. 

—Hijo, te ves muy triste. Faltan sólo tres días para navidad. Generalmente en estas fechas ya estás con el espíritu navideño. 

—Lo sé mamá, es que todo es tan difícil —confesé. —Mezclar amor y negocios no es bueno para mi en este momento. Acabo de renunciar...

—¡Oh, eso es muy emocionante! Mi hijo va a ser un mantenido. 

Abrí la boca indignado. No sabía por qué mi mamá hacía comentarios fuera de lugar.

—No mamá, no es así. Frank y yo hemos terminado. 

Ahora mi mamá abrió la boca. 

—Dios mío, perdóname cielo. Lo siento mucho, ¿Qué sucedió?

Ya no es momento de seguir siendo un cobarde, tenía que contarle la verdad. Respiré hondo y traté de formular un discurso corto.

—Necesito serte completamente sincero —dije y tomé otro poco de aire. —Frank nunca fue mi prometido. Todo era pura apariencia para que tú, papá y Mikey no pensaran que soy un completo fracasado, pero ni siquiera he podido mantener una relación falsa. 

Mamá me miró de una forma que no distinguí. Sin embargo, no pude evitar ponerme rojo de la pena.

—Gerard, siento mucho que sintieras que tenías que hacer esto. Eres muy merecedor de amor, y sé que lo encontrarás algún día. Pase lo que pase, tu familia estará aquí para ti. 

Un puchero apareció en mi rostro cuando dijo "siempre te amaremos". Reprimí unas lágrimas, nunca me había sentido así. 

—No entiendo por qué todo en mi vida se está desmoronando. Soy un desastre. 

—Ya hijo, deja de decir eso. Tu padre y yo estamos orgullosos de ti. 

—Sólo lo dices porque...

—Eres un joven talentoso, cariñoso y hermoso. No nos importa dónde vives, qué trabajo tienes o con quien sales, mientras seas feliz todo estará bien —me interrumpió.

Agaché la cabeza.

—Gracias mamá. 

—Las cosas van a mejorar para ti. 

—Eso espero. Mañana tengo una entrevista de trabajo. 

—¡Felicidades! —se agachó para recoger su bolso. —Te traje tu regalo adelantado, es bastante caro, así que no se lo digas a tu hermano. 

—Mamá, no deberías. 

—Pero yo quería. 

Cuando lo vi no pude evitar exclamar de sorpresa, era un reloj muy bello. Mamá a veces podía ser la más distraída, pero su amor por nosotros era muy sincero y eso era suficiente. No lo entendí hasta ese momento. 

—Es el reloj más bonito que existe. 

—¿Te gustó? 

—Me encantó mamá, muchas gracias. 

A los minutos Donna se disculpó porque tenía que regresar con papá y nos despedimos fuera de la cafetería, cada uno tomó un taxi y yo di la dirección de mi departamento. Mientras me iba a casa mis pensamientos no podían evitar volver a Frank. Él me había llamado muchas veces durante todos estos días pero yo no había querido contestar porque sabía que era regresar a lo mismo y estaba cansado. 

My fiance |Frerard|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora