Pov. Jungkook
—Aquí Destructor y Caramelo Rosa, por redes sociales no hay avistamientos del objetivo —emitió firme desde su hogar— ¿nos copian?
—Aquí Zanahorias Arcoíris —respondí desde la puerta del restaurante— los copio. El centro de origen sin señales del objetivo.
—Pollito Amarillito y —aclaró su garganta como renegando por lo que iba a decir— Botella de Tequila, ¿me copian?
—Botella y yo te copiamos —respondió Jimin, que estaba a unas cuadras pegando carteles— llevo pegando ciento noventa y siete copias, pero no hay rastros.
—Aquí Tigrecito Morado, en las calles más cercanas tampoco ha sido visto.
Amo Yeontan ¿en dónde se metió? Es demasiado escandaloso como para dejar que cualquiera toque su costosa correa, así que se soltó intencionalmente, pero ¿por qué?
—Aquí Sprite, llevo tres horas buscando sin descanso por internet, —dijo exhausto— Tigrecito Morado, pido permiso para descansar, señor.
Taehyung lo pensó unos momentos y luego de soltar un suspiro pesado, habló.
—Permiso otorgado, todos aborten la misión hasta nuevo aviso, —accedió— Zanahorias Arcoíris tú no te muevas, voy para allá.
—Copiado —respondí de inmediato y sin dejar de mirar a todos lados.
No pasó mucho antes de ver a Taehyung que se acercaba a paso rápido hacia mí y quien se lanzó a abrazarme lo más pronto que pudo.
—No nos puede estar pasando esto otra vez, Kook —soltó de manera entrecortada, aferrándose más a mi cuerpo y hundiendo su rostro bajo mi cuello— antes tuvimos suerte y ahora... ahora quizá se perdió para siempre.
Sentí claramente una gotita mojando mi cuello y siendo aplastada por una de las mejillas de Taehyung.
—No volveremos a ver a Yeontan.
Negué varias veces y comencé a acariciar su espalda para darle el apoyo que necesitaba, sin embargo su voz al borde del llanto no me dejaba tranquilo ni siquiera a mí.
—Taehyung, —llamé logrando que él despegara su rostro de mi cuello y me mirara con su semblante todo triste— nuestro Yeontan va a aparecer, lo vamos a encontrar. Por favor no digas lo contrario o me sentiré realmente mal, después de todo quien lo perdió —aclaré mi garganta debido a la culpa que sentí en ese momento— fui yo.
—Tú no tienes la culpa, no te sientas mal, me podría haber pasado hasta a mí —replicó tratando de consolarme— y si le llega a pasar algo a Yeontan —esas palabras fueron acompañadas por otras dos lágrimas que bajaron de repente por su rostro y también por el nudo que se le había formado en la garganta— entonces al último que culparía sería a ti.
No pudo evitar desviar su mirada luego de lo que dijo ya que otro par de lágrimas siguieron a las anteriores, comenzando así todo un desfile de gotas resbalando por su cara.
Y a pesar de sus palabras de hace rato, el sentimiento de culpa dentro de mí seguía creciendo.
Al no saber qué otra cosa decir o hacer para lograr calmar el llanto de Taehyung, opté por la muestra de afecto que esperaba que él necesitara tanto como yo en una situación así.
Una de mis manos se posó sobre su nuca y ejerció una pequeña presión para acercar su rostro al mío hasta que nuestras frentes hicieron contacto y nuestras narices se toparon. Esperé un poco y al notar que no tenía intenciones de alejarse y en su lugar, su vista bajó a mis labios, seguí.
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Un Mayordomo para Yeontan 2 |ⱽᵏᵒᵒᵏ
Hayran Kurgu/2022/ -¿Dices que soy un perro mimado? -Y clasista -¿Y tú no eres mimado a caso? Por favor, si mi dueño te ha mandado a hacer un anillo con una piedrota de dos millones de dólares. -Sí pero... ¿¡dos millones!? [Obra con final feliz~]