| CAPÍTULO 3 |

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 |COLABORACIÓN|

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-Solo digo que la técnica del collage ya no sirve -comentó por segunda vez en la noche. Miraba por encima de sus gafas rectangulares y daba una corta bebida a su refresco antes de opinar. Hope ya tenía memorizado ese curioso patrón, y la hacía reír-. No con esa mujer.

   Era uno de los alumnos de intercambio, pero siempre parecía sabarse la organización mejor que ninguno en clase. Joshua, un estudiante del sur de Francia que se había mudado a la capital para estudiar en la mejor universidad del país, hablaba por los codos y pronunciaba algunas palabras de forma que quedasen lo más pomposo posible. Se habían conocido en una clase de escultura del primer año en un trabajo grupal, y de ahí habían empezado a hablar de más cosas que no fueran clase, asignaturas y exámenes finales... Se llamaban bien. 

-Os dije que meteros en la clase de esa mujer os traería problemas si no sabíais utilizar los ejemplos modernos de los que os amenazaron los del año pasado. Pero como siempre, el mundo ignora a los inteligentes.

-El mundo ignora a los pesados que no advirtieron de las prácticas de fotografía de Expresión Gráfica.

Anabella, repetidora de cuarto año, puso los ojos en blanco y se cruzó de brazos. El pendiente que le colgaba de la oreja brilló con las luces del local cuando movió la cabeza en su dirección. Hope intentó esconderse detrás de su segunda cerveza.

-Lo que vosotros digáis. Hope -cambió de tema-, ¿te han servido de algo los apuntes que te pasé? A veces creo que soy la única que los entiende y que por eso repetí.

-Los veo más actualizados que el resto de asignaturas de este año, de hecho.

-¿Enserio? Joderos todos.

Hope reprimió una sonrisa. 

De lo poco que conocía a Anabella, le caía bien por ese espíritu salvaje de nunca deprimirse por cosas banales. Era cierto que a veces dejaba mucho que desear en cuanto al trato con otras personas, pero por algo se llevaban bien y apenas habían discutido en lo poco que se conocían. Las dos eran igual de frívolas internamente. Dio un sorbo más a su cerveza. No era de las mejores que había probado, pero era el local más barato que habían encontrado para poder permitirselo. Aunque ella pudiera permitirse cualquier cosa, tenía que recordarse que el resto de universitarios no tenían los mismos privilegios que ella y salir de casa era un esfuerzo. 

Joshua puso los ojos en blanco al ver los dos dedos corazón de Anabelle señalarlo. Algo le dijo que no estaba acostumbrado a esas barbaridades tan directas. Los ojos rasgados y bien delineados con maquillaje de Anabelle se movieron de nuevo, pero esta vez hacia su teléfono.

||INFERNO|| -RAN HAITANIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora