Soulmates - Jenna Ortega x Fem.

Capítulo 1 - The Pilot.

Hace unos días, volví a Nueva York por asuntos de trabajo de mis padres. La parte más difícil de este cambio fue dejar atrás mi vida en Canadá, especialmente a mi mejor amiga, Olivia. Todo parecía un caos, y el hecho de que me cambiaran de preparatoria solo hacía que todo se sintiera más pesado.

— ¿Con quién chateas? — preguntó Noah, asomándose por encima de mi hombro.

— Con Olivia... — respondí, riendo un poco. No podía evitar sentirme algo reconfortada al seguir en contacto con ella, aunque fuera a través de una pantalla.

— ¿Estás lista para el primer día? — insistió, con un tono de voz que intentaba sonar despreocupado.

Solté un suspiro y me quedé en silencio por un momento antes de responder.

— Si te soy sincera... — hice una pausa, buscando las palabras adecuadas. — No, la verdad no. Y tú, ¿estás listo? — pregunté, tratando de desviar la atención de mí misma.

— Nací listo. — respondió con una sonrisa que solo Noah podría llevar con tanta seguridad. Pero su expresión cambió ligeramente cuando añadió: — Debe ser difícil no estar con Liv.

— Sí, es más difícil de lo que pensé. — admití, sintiendo un nudo en el estómago. Era complicado imaginarme estos primeros días sin ella.

— Ánimo, peque. Más adelante puedes hacer que esté aquí, contigo. — dijo, tratando de animarme.

— No quiero que deje su vida en Canadá solo para estar conmigo. — respondí, sabiendo lo mucho que Olivia amaba su vida allá.

Noah asintió en silencio, comprendiendo que no había mucho más que decir al respecto. Justo en ese momento, la puerta se abrió y papá entró en la habitación.

— Oigan, chicos. — dijo con su voz firme y segura, captando nuestra atención de inmediato. — Hora de irnos, ¿listos?

Ambos asentimos al mismo tiempo. Tomé mi mochila y salí del cuarto, seguida de Noah. El trayecto hasta la escuela fue en silencio, mis pensamientos divagaban entre el pasado y el futuro incierto.

Cuando llegamos, papá anunció nuestra llegada.

— Bien, hemos llegado. — dijo, y yo y Noah nos bajamos del auto al mismo tiempo. Era la primera vez que veía la preparatoria en persona, y no pude evitar sentir un ligero nerviosismo cuando noté que todas las miradas se dirigían hacia nosotros.

Dentro de la dirección, nos recibieron con una sonrisa.

— Buenas tardes, ustedes deben ser los Schnapp Johnson. — dijo la directora, una mujer de aspecto amable.

— Sí, somos nosotros. — respondió mi mamá, manteniendo su compostura como siempre.

Mientras nuestros padres hablaban sobre las reglas, horarios y todo eso, me sentí como en una burbuja, ajena a todo lo que ocurría alrededor. Solo quería que este día pasara rápido.

— Bueno, chicos, hora de despedirnos. Suerte en su primer día. — Mamá se acercó con una sonrisa cálida que siempre lograba tranquilizarme un poco.

— Gracias, mamá. — dijimos al unísono, como lo hacíamos desde pequeños.

— Sean ustedes mismos, les van a agradar. — añadió papá, dándonos una última mirada de apoyo.

Nos despedimos y Noah y yo nos separamos para ir a nuestras respectivas clases. Al entrar en la mía, todos se quedaron mirándome como si fuera un bicho raro. Sentí cómo mis mejillas se encendían, pero traté de mantener la compostura.