Soulmates - Jenna Ortega x Fem.

Capítulo 6 - Unsaid Words.

Después de dibujar durante un buen rato, salí de la habitación y me dirigí a una de las habitaciones vacías, justo enfrente de la mía.

Esa será la nueva habitación de Liv. La abrí y decidí que la decoraría a su estilo para que se sienta cómoda, aunque dejaría eso para mañana, ya que estaba cansada.

Mientras estaba en la habitación, escuché la voz de mi madre proveniente de mi cuarto.

— ¿Stanley? — preguntó mi madre al entrar en la habitación.

— Sí. — respondí, estando justo detrás de ella.

Mi madre se sobresaltó, claramente asustada.

— Perdón. — dije, intentando calmar la situación.

— Es hora de cenar. — respondió mi madre, y asentí.

Ambos caminamos hacia la cocina, donde mi padre y Noah ya estaban sentados a la mesa. Me senté al lado de Noah mientras mi madre comenzaba a servir la comida.

La cena transcurrió tranquilamente, aunque Noah y yo evitamos cualquier tipo de conversación durante la comida.

La conversación quedó en un incómodo silencio mientras todos continuaban comiendo. La tensión era palpable, y mi padre, visiblemente preocupado, intentaba mantener la calma mientras observaba a Noah y a mí.

— ¿Algo más que quieran comentar? — preguntó mi padre, tratando de suavizar el ambiente.

— No, todo está bien. — dijo Noah, forzando una sonrisa.

— Exacto. — asentí, tratando de actuar con naturalidad.

Mi madre, notando la tensión, decidió cambiar de tema.

— ¿Alguien quiere hablar sobre sus planes para el fin de semana? — preguntó, tratando de redirigir la conversación hacia algo más ligero.

El ambiente se relajó ligeramente mientras todos comenzaban a compartir sus planes y a charlar sobre temas más triviales. Sin embargo, el asunto entre Noah y yo seguía sin resolverse, y sabía que no podía evitar la conversación indefinidamente.

Ya en mi habitación, me invadió una sensación de preocupación por Noah. Me inquieta el pensamiento de que el chico con el que está pudiera lastimarlo. Reconozco que tal vez estoy exagerando, y entiendo que no tengo derecho a interferir en su vida.

Quizás debería conocer mejor a Finn antes de emitir juicios precipitados. Después de todo, no es mi vida la que está en juego.

El tiempo pasó rápido mientras reflexionaba sobre lo sucedido, y al final, me quedé dormida con estos pensamientos rondando en mi mente.

(...)

Al día siguiente, me desperté sobresaltada por los gritos de Noah y el sonido de mi puerta golpeando. Fue entonces cuando me di cuenta de que la alarma probablemente no sonó, o al menos no la escuché.

— ¡Stanley, rápido, ya es muy tarde! — gritó Noah desde el pasillo.

— ¡Santa mierda! — exclamé, mientras trataba de salir de la cama apresuradamente. Sin embargo, al recién despertar, mi cerebro aún no lograba coordinar bien las acciones

.

— Vete ya Noah, te alcanzo allá. — respondí algo alterada.

— Sabes que nuestros papás no lo aprobarán — dijo con evidente preocupación.