Justo cuando Finn y yo nos acercábamos más, escuché la puerta abrirse de repente. Ambos saltamos como si hubiéramos sido sorprendidos haciendo algo indebido. Mi corazón latía rápido y mi mente corría tratando de encontrar una excusa, pero antes de que pudiera decir algo, la voz de mi mamá llenó la habitación.— Noah, hijo, ¿eres tú? — la voz de mi mamá resonó, y la vi salir de la cocina con una expresión curiosa.
Nos separamos al instante, como si la distancia pudiera borrar cualquier sospecha.
— ¿Interrumpo algo?— preguntó mi mamá, claramente apenada por haber entrado de manera tan abrupta.
— N-no, no interrumpes na-da. — tartamudeó Finn, nervioso, mientras se rascaba la nuca.
— Yo ya me iré. — dijo mi mamá, retirándose hacia la cocina con una sonrisa que no ayudaba a calmar mis nervios.
Cuando nos quedamos solos de nuevo, Finn y yo intercambiamos una mirada nerviosa antes de que yo decidiera romper el incómodo silencio.
— Ven, vamos a mi habitación. Te enseñaré un par de cómics. — le dije, tomando su mano de manera instintiva.
— Sí, vamos. — respondió Finn, aunque noté que todavía estaba un poco nervioso mientras subíamos las escaleras.
Cuando llegamos a mi habitación, Finn no pudo evitar comentar sobre la casa.
— Tu casa es una verdadera mansión, y es muy linda.
— dijo con una sonrisa mientras se sentaba en mi cama.— Gracias. — respondí, sintiéndome algo halagado. Le entregué algunos de mis cómics favoritos. — Mira.
Finn los tomó y empezó a ojearlos, claramente impresionado.
— Increíble. — dijo, admirando las ilustraciones y las historias.
Nos perdimos en una conversación sobre nuestros cómics favoritos durante unos diez minutos, pero ese tiempo pasó volando. Estaba disfrutando mucho hablar con Finn, pero un grito desde afuera de la habitación interrumpió nuestro momento.
— Niños, hora de cenar. — la voz de mi mamá se escuchó a través de la puerta.
— Ya vamos, mamá. — respondí, sintiendo un leve cosquilleo de anticipación mientras dejábamos los cómics en la cama y salíamos de la habitación.
Al llegar al comedor, nos encontramos con mi mamá esperando con una sonrisa en el rostro.
— ¿Gustas cenar, Finn? — le preguntó, mirándolo amablemente.
— Oh, sí, gracias, pero no le he dicho mi nombre. — Finn hizo una mueca de confusión, sorprendido de que mi mamá supiera su nombre.
— Noah nos ha contado mucho de ti. — dijo mi mamá con una pequeña risa.
— Mamá...— murmuré, sintiéndome repentinamente avergonzado.
Tanto Finn como mi mamá se rieron, y yo solo pude girar la cabeza, sintiendo que mis mejillas se calentaban.
— Vengan a sentarse. — dijo mi mamá, y ambos obedecimos rápidamente.
Cuando llegamos al comedor, la mesa ya estaba puesta con todo lo necesario para la cena. Finn y yo nos sentamos uno alado del otro, y mi mamá tomó su lugar en la cabecera.
— Espero que te guste la pasta, Finn. — dijo mi mamá con una sonrisa mientras servía los platos.
— ¡Me encanta! — respondió Finn con entusiasmo, aunque noté un ligero nerviosismo en su voz. A pesar de su reacción anterior, parecía cómodo ahora que estábamos todos juntos.
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Soulmates || Jenna Ortega x Fem.
FanfictionCuando un par de mellizos, 𝙎𝙩𝙖𝙣𝙡𝙚𝙮 y 𝙉𝙤𝙖𝙝, llegan a la bulliciosa ciudad de 𝙉𝙪𝙚𝙫𝙖 𝙔𝙤𝙧𝙠 debido a los compromisos laborales de sus padres, no imaginan que este nuevo entorno transformará sus vidas por completo. Al ingresar en el ú...