Soulmates || Jenna Ortega x Fem.

Capítulo 2 - Weekend.

POV: Stanley

— ¡STANLEY! — grita Noah mientras entra bruscamente a mi habitación.

— ¿Qué quieres, Nowa? — respondí, sin levantar la vista de mi celular.

— Molestarte. — contestó con una sonrisa traviesa.

— Está bien. — dije, volviendo mi atención al teléfono.

Noah se dejó caer en mi cama con un suspiro. — Estoy aburrido.

—  ¿Y para dejar de estar aburrido vienes a molestarme? — pregunté con un tono serio, aunque una ligera sonrisa se asomaba en mis labios.

— ¿Qué comes que adivinas? — replicó, haciendo un gesto burlón que me arrancó una risa.

— Eres imposible, ¿lo sabías? — respondí, dejándome caer hacia atrás en la cama junto a él.

— Es parte de mi encanto. — dijo Noah, dándose la vuelta para mirarme de reojo. — ¿Qué haces en el celular?

— Nada, solo revisando tonterías. — le contesté mientras apagaba la pantalla.

Hubo un breve silencio cómodo antes de que Noah rompiera la calma con un tono más serio.

— Oye, Stan... ¿qué te parece la nueva escuela hasta ahora?

Suspiré, girando la cabeza hacia él. — Pues... es rara, ¿sabes? Es como si todos ya tuvieran sus grupos formados, y a veces me siento como un bicho raro.

— Yo también lo siento así, pero al menos ya tenemos a Millie y su grupo. — dijo Noah con un toque de optimismo.

— Sí, eso es cierto. Millie y Jenna han sido bastante agradables. — admití, aunque todavía no me sentía completamente cómoda.

Noah me miró fijamente antes de darme un suave golpe en el hombro. — Nos adaptaremos, como siempre lo hacemos.

— Lo sé, hermanito. — respondí con una sonrisa, sintiendo un poco de alivio. — Jenna es linda. — dije, dejando que la afirmación flotara en el aire.

Noah se giró hacia mí, levantando una ceja. — ¿Ah, sí? ¿Te gusta o qué?

— No, no es eso. Solo... es agradable y fácil de hablar. — me apresuré a aclarar, sintiendo que mis mejillas se sonrojaban ligeramente.

— Suena como que te gusta, Stan. — replicó Noah con una sonrisa burlona, mientras se sentaba con las piernas cruzadas.

— No es así. — protesté, aunque no pude evitar sonreír. — Solo me parece que es una buena amiga. Además, estamos en la misma escuela y todo eso.

— Claro, claro. — dijo Noah, sin poder contener la risa. — Pero si algún día decides tener una vida amorosa, al menos ya tienes una opción.

— ¡No seas ridículo! — respondí, riéndome mientras le lanzaba una almohada. — ¡Eres un completo idiota!

— Solo digo que hay que estar atentos a las oportunidades. — dijo, agarrando la almohada y volviendo a dejarla en su lugar. — A veces, el amor aparece cuando menos lo esperas.

— Bueno, todavía no estoy lista para eso. — dije, tratando de mantener la seriedad mientras mi mente divagaba en la idea de Jenna.

— Está bien. Pero, si llegas a necesitar consejos sobre chicas, ¡aquí estoy yo! — exclamó Noah, haciendo un gesto exagerado con las manos.