Soulmates || Jenna Ortega x Fem.

Capítulo 30 - Awakening Of Hope.

Noah llegó a la casa de Sabrina con un ramo de flores en mano, intentando suavizar la situación con un gesto romántico. Al tocar la puerta y ser recibido por la madre de Sabrina, se sintió aliviado al saber que podía encontrar a Sabrina en casa.

— Hola, ¿se encuentra Sabrina? — preguntó Noah, sonriendo mientras entraba.

— Oh, sí, está en su habitación, pasa. — la madre le indicó con una sonrisa.

Noah subió las escaleras y se dirigió hacia la habitación de Sabrina. Al tocar la puerta, escuchó un agitado "pase" desde el interior.

Cuando abrió la puerta, se encontró con una escena que no esperaba. Sabrina estaba besándose con otro chico en su cama. La sonrisa de Noah se desvaneció instantáneamente, reemplazada por una mezcla de confusión y dolor.

— Noah... es... esto no es lo que parece. — Sabrina, visiblemente sorprendida, intentó justificar la situación.

— Ahora entiendo por qué mi hermana me advirtió sobre ti. — Noah, con la voz temblando, observó la traición en los ojos de Sabrina y en el chico que la acompañaba, que permanecía en silencio.

— No, amor, perdóname, yo te amo. — Sabrina trató de detener a Noah mientras él se dirigía hacia la puerta.

El otro chico, sin saber qué hacer, permaneció en un rincón, evitando el contacto visual.

— ¡Jódete, Sabrina! — Noah, con rabia, lanzó el ramo de flores a la cara de Sabrina antes de salir de la habitación.

Sabrina intentó seguirlo, pero él ya había abandonado la casa, su corazón roto y lleno de frustración. Mientras corría hacia su coche, un mensaje de su padre llegó a su teléfono. Con las manos temblorosas, Noah lo abrió y leyó las palabras que hicieron que su mundo se desmoronara aún más: "Stanley ha tenido un accidente de coche. Está en el hospital. Ven rápido."

Noah se quedó paralizado por un momento, el dolor de la traición mezclado con la angustia por su hermana. Subió a su coche rápidamente y condujo hacia el hospital, su mente abrumada por la culpa y la preocupación. Cada minuto del viaje se sintió eterno, con Noah deseando poder retroceder en el tiempo para enmendar sus errores.

Noah observaba en shock cómo los médicos llevaban a Stanley de urgencias, con el sonido de su respiración errática resonando en la entrada del hospital.

— ¡No respira! — gritó uno de los doctores, con la urgencia en su voz.

— ¡Tenemos que llevarla a la sala de urgencias! — exclamó otro, moviéndose rápidamente.

La madre de Stanley, con el rostro lleno de desesperación, intentaba mantener a su hija consciente.

— Stanley, cariño, por favor no cierres los ojos. — suplicó la madre, con lágrimas en los ojos y una voz temblorosa.

— Señora, necesitamos que se tranquilice. — uno de los médicos intentó calmarla.

El padre, con una expresión devastada, tomó a su esposa de los brazos, guiándola hacia un rincón para evitar que interfiriera en el trabajo de los médicos.

— ¡Stanley! — la madre gritó por última vez, su voz resonando por toda la entrada del hospital.

Noah, sintiendo un peso abrumador en el pecho, se acercó a sus padres, sus lágrimas mezclándose con el sudor frío de su frente. No sabía qué hacer, sólo sentía una profunda culpa y tristeza. Sus manos temblaban al ver el dolor de sus padres, que se abrazaban mientras el angustiante silencio llenaba el aire.