Capítulo 21 - Moneda de Cambio

315 44 16
                                    

Moneda de cambio


Mientras una pareja disfrutaba de una fase de luna de miel, otros jóvenes rebeldes experimentaban otro tipo de emociones.

— Ning tesoro.

— Deja de llamarme así, agradece que tuve compasión de ti.

—No del todo — El alfa levantó la atadura en sus manos hecha por el omega — ¿Cómo podré comer de esta manera?

— Es para que no escapes.

— No eras tú el que quería que me fuera.

— Cállate y no me confundas, porque si nos atrapan saliendo del circo te golpearé.


Ambos se escabulleron mientras la hermana de Wen Ning estaba dormida. El joven omega arrastraba al ladronzuelo a la parte de fuera por comida callejera, no sabe si fue ingenuo al escuchar la historia de su vida y por ello se compadeció, o él deseaba tanto no hacer lo que otros querían y desobedecer.

Llegaron a un puesto de comida callejera, el humo de la carne se sentía a varios metros al rededor.


— ¿Qué desean ordenar?

— Yo quiero una porción de carne con queso, lo mismo para él.

— En seguida — La dama enfocó los ojos en las manos atadas y él que sostenía la atadura.

— Esto no es lo que parece.

— Fetiches extraños que tenemos las parejas hoy en día, no es así Ning tesoro.

— Dos de carne y queso enseguida. Tomen la mesa que quieran — La mujer no indagó más y se concentró en lo suyo.

— ¿Por qué dijiste eso? — Le lanzó un golpe a la cabeza mientras caminaban a una mesa lejana.

— ¿Le explicarías todo el asunto?

— No, pero podíamos llegar a otra respuesta.

— Ya está, no lo pienses mucho. Pensándolo bien solo por el hecho que eres demasiado engreído de lo contrario haríamos buen dúo.

— Cállate, no saldría contigo.

— ¿Qué hacemos ahora?

— Que no me fijaría en alguien como tú.

— Te gusto, está más que claro.

— ¿No me escuchas?

— Tus mejillas están rojas — el joven ladrón podría estar atado, pero siempre tenía otros métodos. Tomó por sorpresa robándole un beso al chico. El omega alarmado se levantó de su asiento para golpearlo, pero fue interrumpido.

— Bebidas de cortesía — El ayudante de la dama depositó dos vasos con bebidas y hielo para la falsa pareja.

Wen Ning no discutió más y se sentó. Le gustaba eso era cierto, pero entendía que solo era una atracción por el deseo de experimentar cosas nuevas.

— ¿Quieres jugar?

— ¿Qué pretendes?

— Nada realmente, si quieres experimentar estoy dispuesto. Si no lo deseas yo no tengo problemas — Hizo el gesto de estar analizando al omega — No eres feo.

— Idiota, soy menor que tú

— Y yo soy una rata. No creo que me veas como alguien con una moral intachable.

Besando a un demonioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora