Capítulo 14 - Una belleza aguda

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Una belleza aguda


La mañana siguiente Wei Ying despertó muy temprano otra vez antes que Lan Zhan. Ya que se quedarían más tiempo en el lugar quiso visitar a Chenqing pues no habían podido estar en un contacto más íntimo desde la última vez con los elefantes.

— Hola. Lo sé, he estado muy lejos antes pero hoy en esta madrugada con las luces naranjas asomándose en el horizonte vengo a pasar tiempo contigo.

Wei Ying volvió a sentarse con las piernas cruzadas frente a la jaula del tigre. Cerró los ojos y empezó a emitir sus feromonas.

—"Hueles a él"

—¿Eh?

—"No me gusta"

— Oh entiendo, huelo a Lan Zhan. Lo siento su majestad, pero no pude evitarlo.

— "Débil"

— Siempre dices eso, en realidad no lo entiendo.

— "¿yo?"

— Oh tengo algo para ti — Wei Yin acercó su mano por los barrotes para acariciar el pelaje de aquel ser majestuoso que se encontraba acostado viéndolo a los ojos. Ese pelaje estaba algo descuidado, Wei Ying sintió pena por la creatura, quizá con su próximo sueldo pueda comprar algunas otras cosas. Ya que no solo ha comprado cosas para la caravana sino también para los animales y el joven Wen Ning. 

— He estado buscando vitaminas para ustedes créeme que tienes toda mi atención enfocada en ti, en ustedes...

— No puedo creer que realmente hables con ellos.

— ¿Por qué está mal señor Nie?

— Encariñarse de una fiera está mal, los amas, les das todo de ti y luego te entierran sus garras directo en el rostro — el solo se paseó de un lado a otro atrás de Wei Ying.

— ¿Le ha pasado?

— No hay fiera que no pueda domar.

Wei Ying no dijo nada, la presencia del señor Nie lo hacía sentir incomodo, pero también curioso. ¿Por qué siempre lo veía como un rival? Como si por alguna razón ambos estuvieran compitiendo por algo, pero no entendía que era.

El señor no dijo nada más y se fue por donde venía. Nie MingJue no era una mala persona todo el tiempo, en realidad era buena persona con otros. Cuidaba a los hijos de Wen Chao, ayudaba a Wen Ning en sus actos, entrenó bastante a Wen Qin, incluso jugaba a las cartas con los del circo. Ayudaba a todos, pero cuando se trataba de amor no era la mejor persona. Aún carga en su conciencia todo lo que le hizo al único ser que lo a amado ciegamente.

Le enfurecía sentir que su obsesión con Lan Zhan llegó al punto de hacer sufrir a una persona inocente. Él quería ser quien dirigiera el circo, pero sabía que solo casándose con Jin Guangyao podría hacerlo y así tener bajo su control a Lan WangJi. Nunca esperó que ese chico fuera bastante diferente. Se conocían hace mucho porque trabajaban en el circo. Ambos tenían el show de las fieras, cuando participaban los padres de Chenqing. 

Juntos eran los domadores de fieras, las fieras eran los padres de Chenqing quienes ya eran muy viejos, pero bastante llamativos lograban siempre atraer a más audiencia. Un alfa con bastante presencia un omega bastante dominante en el show. El público siempre quedaba encantado.

Nie MingJue veía a Jin Guangyao como alguien tolerante y complaciente con todos. No había conocido su personalidad amorosa, fuerte y aquella manía que tenía por discutir lo que no le parecía razonable. Cuando eran amigos lo llamaba Chihuahua cada que lo veía discutir con sigo mismo por algo sin razón. Al menos el valor de la razón no lo podía ver él porque no era su problema.

Besando a un demonioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora