Capítulo 27 - Venta clandestina

383 39 22
                                    

Venta clandestina



Después de un tiempo de estar abrazados ambos se dieron cuenta que dejaron de expedir sus feromonas y solo disfrutaron de estar juntos. Después de todo se extrañaron con toda la sinceridad de su corazón.


— Tengo una pregunta que hacerte — El momento de paz podía ser removido por un remolino tormentoso, pero para Wei Ying era mejor preguntar.

— Pregunta lo que quieras, te lo diré todo.

— Que diferente respuesta me das ahora. Quiero que me digas con honestidad sí le dijiste al señor Jiang sobre mi rabanito.

— No. Jamás. Lo que menos quería era a esa escoria junto a ti.

— Entonces, ¿Por qué dijiste esas palabras tan feas el último día que nos vimos?

— Porque soy un completo idiota, estaba asustado. No tengo una justificación valida. Solo sentí temor cuando me contaste del plan del señor Jiang. Hubo un momento en el cual me sentí impotente de cómo protegerlos.

— Tus palabras no se sintieron como una protección.

— Lo lamento, cada minuto desde que te fuiste me he lamentado todo lo que te dije esa noche.

— Después de todo siempre me aferré a creer en ti, pero ahora que te tengo para preguntarte todo. Tengo miedo de hacerlo. ¿Qué quieres de mí Lan Zhan?

— Quiero que me perdones. Quiero que esta vez podamos hacer las cosas bien, conocernos realmente. Estoy abierto a mostrarte todo de mí, todo lo que quieras saber, lo que quieras tener te lo daré

— ¿Y sí ya no tengo interés en ti?

— Me quedaré a tu lado, te seguiré a donde vayas. Si no me quieres, solo estaré ahí cuando quieras usarme.

— Sí acepto darte la oportunidad de conocernos bien esta vez ¿Qué tienes pensado?




Después de estar vestido, con unas cuantas prendas de cuando Lan Xichen era joven. El señor QiRen estaba vistiendo a sus yernos como Lan. Parecía una jugada traviesa. Se entretuvo platicando con el joven Jiang por un tiempo. Sabía que darles su espacio a Wei Ying y Lan Zhan era lo ideal. Pero debía detenerlos, era momento que Lan Zhan se fuera. No quería, pero tener a Lan Zhan cerca para Wei Wuxian podía resultar tanto bueno como malo.

Caminaron juntos a la habitación, encontrando a Lan Xichen fuera de esta recostado en la pared viendo a la nada.


— Parece que alguien te castigó — El alfa le sonrió coqueto.

— A-Cheng — No podía creer que se viera tan hermoso utilizando tonos claros, por supuesto alguna vez lo fantaseó, pero jamás creyó que lo vería — Te ves hermoso.

— Gracias — Sin quererlo se sintió tímido y se ruborizó. El omega mayor lanzó un suspiro al aire. El amor podía hacer a sus sobrinos unos completos tontos.


Llamó a la puerta un par de veces sin recibir respuesta, poco le importó y entró a la habitación sin esperar más. Para sorpresa de todos Lan Zhan y Wei Wuxian no estaban.


— Xichen, ¿En qué momento se fueron?

— No lo sé, estuve esperando fuera creyendo que estaban en la habitación.

Besando a un demonioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora