Capítulo 5 - Pastel de boda

406 57 12
                                    

Pastel de boda


— Muero de calor Lan Zhan ¿Puedo bajar las ventanas?

— Hay mucho polvo al exterior, te ahogarás más por el polvo que de calor.

— ¿No has pensado en aire acondicionado tal vez?

— No es necesario, usualmente viajo de madrugada cuando el sol aún no está en su punto.

— Oh Lan Zhan debes pensar en esta esposa tuya si pretendes que viajemos todos los días.

— Te has levantado muy tarde, querías desayunar y no creo que te quedes tanto tiempo para invertir en ello.

— ¿Por qué piensas eso? — Ignoró el hecho que Lan Zhan fue el de la idea del desayuno.

— Tendrás que trabajar, eso implica madrugar, desvelarte a veces no comer a los horarios que posiblemente estás acostumbrado.

— ¿Tengo que trabajar? ¿Qué tengo que hacer? — Su voz sonó con un toque de ilusión.

— Te explicaré a detalle cuando lleguemos, pero más o menos tendrás que atender el puesto de ticket, alguna que otra venta de comida y salir al show.

— ¿Al show? Oye no pienso salir con esos perros.

— Me aseguraré de que no tengas que salir con ellos aun así tendrás que trabajar, el circo no mantiene a nadie. Tendrás que trabajar para poder comer.

— ¿Aún si estamos casados?

— No somos un matrimonio real Wei Ying, no tienen que saberlo.

— ¿Cómo qué no?

— Recuerda que es solamente un acuerdo legal, entre tu padre y yo que te involucra a ti. Entonces tienes que trabajar para sobrevivir mientras vivas conmigo.

— Puedo tener mi propia caravana entonces.

— Si encuentras una rentable para ti o que puedas comprar adelante, siempre tendrás que trabajar para pagarla. Sí te quedas conmigo trabajarás pero no tendrás que pagar nada pero debes devolver al circo tu agradecimiento con trabajo, puedes darle una mano a nuestro lugar y podemos compartir nuestras raciones de comida. Sé cocinar, pero no estoy seguro si puedes hacerlo, de ser así te mostraré cosas básicas de supervivencia. 

— ¿Esperas que cocine, limpie, y trabaje en la taquilla como también actúe en el show?

— Sí —Aún si lo explicaba a detalle no estaba seguro que Wei Ying captara correctamente el mensaje.

— Bien si haré eso al menos debe ser compartido, también debes ayudarme con la caravana porque no puedo hacerlo solo, matrimonio falso o no estamos en esto los dos creo que puedes ayudarme.

— Me parece justo, tampoco pretendía dejarte todo el trabajo.

— Bien, estamos de acuerdo en algo.

— Claro yo te ayudaré y tú también me ayudarás, después de las funciones estoy muy cansado y necesito relajarme un poco – Esta vez Wei Ying captó un doble sentido.

— ¿Hablas de sexo?

En realidad, Lan Zhan estuvo pensando que el peso de Wei Ying era ideal para que caminara en su espalda unas cuantas veces, pero siempre logra ser sorprendido. 

— No quiero hacerlo Lan Zhan.

— No me gustas, pero tenemos instintos y ya que no me dejas entrar a nadie a la caravana es lo mínimo que debes hacer si yo cumplo con lo que me pides — Lan Zhan no planeaba imponer sus deseos a Wei Ying al menos que él quisiera, pero jugar un poco con esa mente tan viva de imaginación no estaba tan mal.

Besando a un demonioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora