Capítulo 4 - Noche de bodas

469 55 21
                                    

Noche de bodas


— ¡Wei Ying! ¿Qué haces aquí? Te he estado buscando.

— ¿eh?

— Responde ¿Por qué estás aquí?


Por un momento se sintió aturdido. ¿Cómo había llegado ahí? ¿Dónde estaba en primer lugar?

"¿Por qué estoy en el auto?" "¿Cómo fue que... oh los perros es cierto"

Olvidó que salió corriendo cuando en una parte del show salieron perros con los trapecistas. No había sentido nada por el estilo ni estando cerca del caballo. Wei Yin creyó que era en su contra y corrió al lugar que se hacía más seguro. El vehículo de Lan Zhan. El estrés que le causó todo el revuelo lo hizo quedarse dormido del cansancio, sin darse cuenta cuando empezaron a desmontar las carpas. Algunos remolques y caravanas empezaron a guardar sus cosas e irse.

No lo admitiría pero el olor a Sándalo que estaba impregnado en los asientos quizá esa parte lo hizo sentir seguro.


— Wei Ying.

—Oh Lan Zhan ¿No estabas en la pista?

—Las funciones han terminado.

— ¿Es así?

—Vamos, es tarde.

"¿Tarde?" "Él dijo... en la mañana... cansado"

—  Creo que me quedaré aquí, no es tan tarde además dormí mucho — hizo el ademán de estar estirándose.

— Es más de medianoche, no hay muchas personas alrededor y ¿pretendes quedarte acá?

— Es acogedor.

— Es frío.

— No te preocupes por esta esposa tuya, estará bien.

— Wei Ying...

— En serio, puedo ver las estrellas en este campo.

— Wei... Ying no he dormido en muchas horas, hubo incidentes con los animales y algunas cosas para la función podrías solo venir de regreso a la caravana por favor.

— Oh Lan Zhan te has cambiado de ropa, esa camiseta es muy reveladora... por eso tienes frío.

— ¡Wei Ying! Vamos... realmente no sabes el tipo de persona que puedo ser si no duermo adecuadamente así que por favor.

— Oh Lan Zhan tenías que decirlo amablemente. Te pediré el divorcio si sigues gritando así.


Wei Ying solo intentaba aplazar todo lo posible el tener que estar solos en su pequeño hogar, no esperaba terminar peleando. No era una pelea porque ni siquiera se esforzó en ganarla. Esos pequeños ojos grises otra vez estaban intentando inundarse de agua, pero con una respiración profunda y los ojos cerrados por segundos se tragó ese sentimiento incomodo de nostalgia que había en su corazón.

Justo cuando intentó poner un pie fuera del vehículo el dulce rostro de Wei Ying quiso besar el suelo otra vez. Afortunadamente Lan Zhan pudo atraparlo del brazo antes de caer.

— Demasiado torpe — fue lo único que dijo antes de volver a darle la espalda y caminar a la caravana.


Lan Zhan no lo diría, pero de reojo podía ver al omega que caminaba dos pasos atrás asegurándose no fuera escurridizo otra vez.

Por extraño que pareciera la caravana se sentía más acogedora que cuando llegaron. Había cierto calor que antes no.

Besando a un demonioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora