cap 19 descansa

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En los tiempos de actuales el protagonista plateado que acaba de terminar la tercer gran misión matando al dragón negro de un ojo se encontraba tendido en una cama vendado en la mayor parte de su cuerpo.

Sus ojos permanecían cerrados como cuando lo habían encontrado moribundo.

Cerca de su cama se encontraban las amigas y abuela del chico quienes velaban por la seguridad del chico.

Reene: crees que con eso será suficiente?, Por qué no lo volvemos a remojar en la bañera con las pociones de curaciones.

Hera: no, su cuerpo a penas a encontrado un punto de estabilidad, un cambio repentino a su estado podría tener consecuencias graves.

Luna: ..........no cree que ya es momento de cambiar sus vendas por unas limpias?

Hera: no, ya a parado de sangrar..........y no confío en ti para que cambies la vendas de mi nieto, conozco tus mañas.

Las palabras de Hera le dieron un golpe interno a luna quien agarro su pecho con fuerza.

Hera: bueno el tiempo de visita termino, salgan de aquí y ni se les ocurra intentar entrar aquí a escondidas, te estoy viendo a ti rethusa.

Rethusa: -levantando sus manos- QUE?, YA LE DIJE QUE SOLO ESTABA LIMPIANDO LA PERILLA DE LA PUERTA!

Hera: si como no, ahora todas fuera.

Artemisa: Orión...........despierta pronto.

Sacando a cada chica del cuarto Hera antes de irse acarició la cabeza de Bell.

Asegurándose que nadie la viera Hera puso ambas manos en la cabeza de su nieto, estás de pronto empezaron a brillar pasando este brillo al cuerpo de este.

Hera: descansa mi pequeño, te lo has ganado.

Sonriendo antes de cerrar la puerta para dejar a su nieto recuperarse tranquilo Hera cerro la puerta mientras volvía a tener su cara sería de siempre.

En un plano mas cercano a Bell a este solo le cubría una sábana del mismo color que sus vendas dejando expuesto gran parte de su cuerpo.

El cuerpo de Bell empezó a brillar con una mayor intensidad después de que Hera se había ido, el cuarto se llenó de este brillo aún que una piedra dorada que había en un estante alado de la cama brillo también.

Todo este brillo de pronto de concentro en un punto en concreto, los ojos de Bell o mejor dicho sus párpados los cuales cuando se abrieron hicieron desaparecer el brillo de estos.

Bell: dónde estoy?

Abriendo sus ojos el chico de plata vio a todo su alrededor.

No estaba en un lugar parecido antes, todo parecía ser un pasto anaranjado por el color del cielo el cual parecía estar atardeciendo.

Sus ojos se movían con cierto filo sospechando en que podría estar bajo la influencia de un ilusionista.

Pero todo parecía real, el pasto tenía el mejor tacto que se podría encontrar en cualquier lado, sin estar seco pero con la mejor cantidad de humedad para que las hojas no mueran por el sol.

Incluso su cuerpo parecía que recordaba no estar en buenas condiciones estaba sano y completamente recuperado.

Caminando por unos instantes encontrándose con un pequeño claro en dónde se detuvo a contemplar todo a su alrededor.

Todo era bastante bonito, el cielo aún que claro no irradiaba mucho calor sin contar que las retinas no ardían al mirarlo, a sus cercanías habían unas montañas las cuales parecían llevar a un punto más alto del lugar, unos metros más adelante había un lago cristalino en el cual habían peses de varios colores nadando.

hijo del talentoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora