El día se asomaba, la humedad de una leve llovizna nocturna hacia que el ambiente fuera tan relajante como un campo en las montañas, los pájaros se asomaban en las copas de los arboles cercanos a la ventana de la residencia, cantando alegres y juguetones. Un sonido agradable pero suficientemente fuerte para que Rin despertara de su profundo sueño, abrió lentamente los ojos sintiéndolos pesados, con pereza se levanto y examino el lugar adormilado, en su mente paso el pensamiento de que tal vez su hermano había llegado, la razón era porque la habitación estaba perfectamente limpia la ropa de ambos hermanos emana un suave olor a jabón —Que raro...Yukio siempre me regaña por no lavar mi ropa— Se dijo para si mismo saliendo de la recamara, a pesar de no oír a nadie sentía la tranquilidad del ambiente, en eso un olor gratificante invadió el lugar, el olor del desayuno no puedo ser mas agradable, instintivamente fue mas rápido al comedor y al entrar vio la mesa había tres desayuno cuatro pero el plato era mas para un pequeño gato.
Ukobach estaba sirviendo en cada plato sonriente, mientras Kuro esperaba impacientemente a comer —Buenos días Okumara-Kun— Escucho al fondo logrando ver a Maya cocinar, no era de sorprender que Ukobach dejara que ella cocinara, incluso shiemi logro hacerlo pidiendo amablemente permiso pero con lo mal que se le daba cocinar solo hizo un desastre —¿Quiere tomar un baño antes de desayunar?— En lo que preguntaba coloco todo en la mesa acariciando la cabeza de ambos demonios que se embobaban por su tacto.
—Ammm luego jejeje— Se sentó sonriendo al ver como logro en pocas horas ganarse el cariño de ambos demonios —¿Aremos algo hoy?— Pregunto sentándose en la mesa y empezar a comer no antes de agradecer por la comida, pero también recordando como en la cama había una muda de ropa limpia para salir, no había duda que era suya su hermano era mas de atuendo formales y deportivos nada parecido a lo que el usaba —El Maestro Samael vendrá...— Le vio mas por el tono usado, cuando le vio tenia la nariz arrugada, pero cambio rápidamente seguido de un suspiro —Quiere presentarle a alguien, me dijo que lo preparara lo mas antes posible— termino de decir para acomodar los palillos ya que había terminado de comer —Preparare la bañera coma tranquilo en lo que regreso— Sin decir mas se levanto y con un reverencia se dirigió a los baños, Rin quedo algo aturdido por la forma en la que no soportaba si quiera saber que Mephisto vendría o asomaría su rostro cerca de ella.
Tal vez no conocía para nada a Maya y no es como si quisiera saber toda su historia de aberración hacia Mephisto, cuando termino llevo todos los utensilios con ayuda del demonio cocinero a la bajilla a lo que el demonio cocinero empezó a limpiar tranquilamente. Se dirigió a los baños y como Maya dijo la tina estaba preparada, parecía un baño de revista, vapor saliendo del agua la espuma quieta pequeños pétalos y un olor agradable a flores ¿De verdad esta chica hizo todo eso? —Todo solo por ese demonio loco...— Se dijo, si bien tenia en claro que Maya trabajaba para Satán no entendía por que tantas molestia por el —Bueno...ya que— Se resigno y no pudo esperar a meterse a esa perfecta tina, se quito la ropa y empezó a ducharse para meterse inmediatamente, fueron veinte minutos para que por fin pudiera meterse y que el calor embargara todo su cuerpo relajándolo, se sentía en la nubes y parecía que su paz no podría ser interrumpida o eso pensó, pues no pasaron diez minutos para que su celular empezaran vibrar...
[Brrr.....Brrr]
Al ver su teléfono logro ver el mensaje perteneciente a su hermano, uno simple nada pelicular eso pensaría cualquiera, al contrario de lo que leía era lo que no sabia como responder...
"El consejo quiere verte...Y por la forma de la orden esto va enserio, espero que tu actúes igual..."
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Love from a zeal || BonRin ||
FanficA veces nos nos conocemos, otras veces dudamos de quienes somos o simplemente no nos buscamos por miedo; esas son la palabras que algunos pueden pensar al verse al espejo, misma palabras que rondan en la cabeza del medio demonio que a veces dudaba d...