Love from a zeal || BonRin ||

CAPÍTULO XII

En toda la mañana el ambiente se sentía tranquilo sin ningún inconveniente, Maya daba su clases explicando la estructura de un lenguaje básico para pentagramas sencillos —Si queremos sellar el contrato no podemos usar XIMUSH o USHIN...— señaló esta viendo sus notas, pues quería que sus clases fueran perfectas y siempre tenía que tener un plan de estudio —N-no entiendo...— murmuró el medio demonio tomando notas aún más confundido que antes, la lengua Parsel era tan complicada y más cuando muchas de las palabras formuladas sonaban tan igual.

[A.T: Alta referencia 😉] 

En cambio Bon podía lograr atender a la perfección, por ende solo se limitaba a anotar y memorizar, pero escuchó claramente a Rin y vio de reojo como se movían nerviosos en su asiento. Suspiro resignado sin poder resistirse le pasó discretamente sus notas con la mirada fija en el pizarrón, evitando que este viera su cara ya roja por la vergüenza —Todo se trata del siseo incluso la X en como decir "SHH"— explico lentamente sonrojándose más al ver como el medio demonio se le iluminaba el rostro al entender un poco más todo —¡Es cierto! AUS ASH SH EI ESH SH es Vengan— la cola de Rin se movía emocionado pues le había costado traducir el ejercicio que Maya había puesto.

Bon no pudo evitar quedarse embalsamado por el alegre rostro del medio demonio que le decía lo que significaba cada palabra cuando lograba traducir correctamente lo que decía él solo. Una pequeña mueca parecida a una sonrisa se formó en su rostro —«¿Cómo se puede ser tan jodidamente adorable?»— se preguntó para sí mismo acomodando un mechón de la cabellera rebelde del azabache, y sumergiéndose de nuevo en sus estudios.

En cambio Rin estaba perplejo pues Bon había sido cariñoso con él, y no conforme con eso le seguia explicando algunas cosas cuando Maya se ponia a escribir en el pizarrón —«E-esto es malo, muy, muy malo»— se sobo la luca sintiendo un cosquilleo repentino mordiendose el labio para evitar quejarse por la leve molestia.

  [...]

—Entonces...¿Velas?— preguntó la morena mordiendo la punta del lápiz viendo sus notas recientes, Maya junto con Rin se encontraban en el gimnasio de la academia midiendo la capacidad física del medio demonio, el cual le suplicó que le entrenara personalmente «Ya que últimamente los entrenamientos de Shura no surtían efectos», la morena no se negó y ahora ambos se hallaban allí —Si-igh!— trato de responder a través de una queja, sin saber que ocurría ya que Maya modifica su peso a su estado de bestia sin que él lo notara ¡Y como pesaba!. En cambio Rin inocente se preguntaba cómo una chica tan pequeña pesaba más que su gato demoníaco.

—Un entrenamiento cutre de concentración nada más, aficionados— anotó la morena en su pequeña libreta sintiendo como ya Rin acababa de desfallecer debajo suyo —¡Oye me sorprendes! casi llegas a las mil jajaja— sonrió la morena volviendo a su peso normal y bajarse de la espalda de su amigo —¿Y ahora?— pregunto Rin agotado levantándose con ayuda de esta misma —Bueno con todo lo que me has dicho, la primera opción sería destruir la tonta espada— dijo en tono juguetón, sin descartar la opción —¿Es broma verdad?— se asustó el medio demonio recordando como se descontrolo la última vez que la espada simplemente se agrieto —No. Un demonio sin sus poderes es como un herrero sin su forja ¡Simple!— alzó el lápiz amenazadoramente caminando mientras veía sus notas distraídas.

Maya pensaba que no era experta pero podía copiar los entrenamientos que tiene día a día con sus hermanos, combinandolo un poco de su estilo; como estaba tan sumergida en su mente emocionada por usar a su pequeño Maestro como conejillo de india que...no noto que choco con alguien. No tuvo de otra que retrocede dos pasos tocándose la nariz que se llevó gran parte del impacto, al alzar la vista vio como Yukio le veía preocupado —Okumara-sensei, no esperaba verlo aquí...— dijo esta aun no la nariz cubierta —Amm, ¡Ah sí! solo vine a practicar un poco de tiro— desvió la mirada avergonzado, había estado ignorando a su hermano así que se sentía un poco incómodo.