Love from a zeal || BonRin ||

CAPÍTULO IX

Era una tarde de gentil llovizna, la niebla cubría el perímetro dejando ver solo algunas cosas levemente, el viento azotaba junto con una ventisca fría que empañaba las ventanas y las gotas de agua chocaban contra el suelo indicado que no se iría en un gran rato. Satán había venido de visita con el fin de tener una charla amena con su hijo menor que lo recibió amigablemente después de todo le debía mucho, además de que su presencia le hacia calmarse —Rin...¿Todo esta bien Hijo?— Pregunto Satán algo nervioso, había pasando un tiempo prolongado desde lo sucedido en la corte donde tuvo que intervenir grotescamente para salvar la integridad de su hijo menor, este notaba ciertos cambios en el mismo que le preocupaban —Si papa...aun algo alterado por lo que sucedido, es difícil olvidar algo como eso ¿No?— Sonrió Rin moviendo el té con la bolsita que aun permanecía allí, no era que la presencia de su padre le incomodara pero desde lo sucedido, la ultima vez que había logrado conciliar el sueño fue en unas siestas cortas ya que era despertado por continuas pesadillas, su cuerpo demandaba el descanso merecido pero su mente a veces le jugaba malas pasadas —Tu cara me dice todo lo contrario ¿No te gustaría venir a Asshiah a descansar? puedes pasar la noche en mi oficina para que te sientas mas seguro— Ofreció Satán preocupado de como el trauma de su hijo este influyendo en su salud.

Rin negó con la cabeza ligeramente, que su padre le visite una vez por semana y le mande cartas indicado la situación cada que podía le calmaba bastante, solo debía despejar la mente debidamente —No tranquilo, agradezco ya todo lo que haces por mi papa— dijo este fijando la vista en el mayor —Pero si tengo varias preguntas que debo hacerte— cuestiono el medio demonio dejando la taza vacía de lado poniéndose más serio —Claro, te escucho— repitió el gesto el demonio mayor algo curioso al ver como su hijo adoptaba una postura mas tensa —Es sobre Maya...ella no esta para nada bien papa...— soltó de golpe el medio demonio lo que alerto al mayor, para el Maya era como una hija mas, era la hija pequeña de sus mejores amigos por lo que su bienestar era su responsabilidad de igual forma.

—¿Qué le sucedió estando en Asshiah? Porque Mep...Digo Samael aun la atormenta— Interrogo el menor rápidamente y al ver la cara de molestia de su padre supo que sus palabras habían sido ignoradas por el demonio del tiempo —Hijo...No puedo decir que clase de retorcido juego tiene Samael con Maya, porque ni yo mismo entiendo que pasa por su cabeza— dijo a lo que Rin entendió que esto era seriamente un problema —Aunque no debo hacerlo, debo contarte como empezó todo y entenderás lo difícil que es el imbécil de tu hermano capte una orden....— con eso se reclino un poco hacia adelante, fijando la vista a cualquier otro sitio del piso serio y enormemente molesto;

[...]

—Como sabes, algunos de los humanos maduran tanto física como mentalmente al compas, para que me entiendas mejor al mismo tiempo, en cambio los demonios maduran físicamente mas rápido pero mentalmente tardar mucho o mejor dicho milenios...y creo que fue el pecado que arrastro a Maya a este juego perverso de Samael...—

En Asshiah la brisa movía las copas de los arboles, con follaje negro, densos y sombrío debajo de un extraño pero hermoso cielo escarlata que escaseaba de luz solar, y solo predominaba la luz de una luna completamente negra, parecido a un eclipse que a pesar de todo iluminaba cada lúgubre esquina del reino. En lo lejano escondijo en el follaje del bosque a lo mas alto de una montaña se hallaba el templo mas majestuoso que cualquier humano podía apreciar en su larga vida, hogar del clan Suzuki donde en estos momentos...

—¡¡VENGA YA DE JALARME EL VELO KENTA!!— Grito la chica jadeando mientras acomodaba la diadema que simulaba el velo, del uniforme que portaría en uno o dos años mas si todo iba según lo planeado —Cuando ya hallas aprendido a que debes ser una contigo y todo lo que este en ti, eso implica el velo de la corona Geish que no portaras si no mejoras Kazumi....— Dijo el moreno riendo mientras veía como su séptima hermana le insultaba silenciosamente, rompiendo la etiqueta por la frustración de no obtener un progreso en sus entrenamientos.