Love from a zeal || BonRin ||

CAPÍTULO VIII

—Yo soy Satán...Y estoy furioso— Mil voces resonaron antes estas palabras, retumbando en el lugar, el rugido de Satán atemorizaba al mas valiente, las llamas no se apagaban ni bajaban su intensidad, a pesar de que no estaba incinerado nada —Sus rezos no funcionaran...apuesto a que sus plegarias están siendo ignoradas por el vil acto que estaban apunto de hacer, un  acto que no se borrara nunca— mencionado al escuchar los leves susurros de rezos pidiendo la protección y la salvación de su almas.

Todos los presentes quedaron atónitos a la agudeza de los sentidos del hombre, nadie sabia como actuar frente al amo y señor de las tan temidas tierras prohibidas para lo santos, este estaba siendo indiferente pero empezó a impacientarse pues nadie decía nada, sacudió el polvo que se coló en el sombreo de tercio pelo de alta gala en espera de una respuesta contundente ya que solo se lograba oír el ronroneo de molestia de todo el clan Suzuki, así de profundo era el silencio de la sala. Los Suzuki estaban esperando tan solo una orden de su maestro para desatar el caos,  Satán suspiro pesadamente y fijo sus ojos zafiro en cada persona que se allá en la sala, esperando impaciente lo que realmente quiere oir...la verdad, admitía que se la podía sacar fácil después de todo era maestro del engaño y la mentira por lo que podría reconocer a quien la decía, esto y muchas cosas mas con quien deseaba pero para sorpresa de mucho estaba siendo paciente, por miedo a que su segundo hijo...Yukio se halle en la habitación, ya bastante mal sabia que le caía su solo nombre.

—¿Y bien?— Pregunto nuevamente impaciente viendo esta vez con ira a todos los presentes, que temblaron al retumbe de la voz de satán la cual resonó con muchas mas fuerza, como si miles de personas de diferente idiomas hablaran —¿No me dirán nada? les estoy dando una maldita oportunidad de oro para salir impunes de aquí— amenazo caminando en circulo por toda la sala siendo perseguido con la mirada de todos —Tu...¡¡Tus respuesta no serán respondidas!!— dijo unos de los Grigori que no pudo evitar tartamudear ante el miedo—Tu no tienes el sagrado permiso de pisar estas tierras, tu sola presencia no es bienvenida en nuestro templo sagrado, el cual nuestro gran creador ha forjado— planteo el segundo Grigori siendo fulminado con la mirada del Rey Demonio que lo hizo retroceder levemente en su asiento —Su dios, mi padre y mi castigador me dio su santa autorización de poner un maldito pie en este lugar— soltó de golpe sacando un jadeo de sorpresa que resonó provocando los murmullos en masa los cuales se callaron inmediatamente—Tenia planeado venir en total calma y silencio a pasar un momento padre eh hijo y responder todas la dudas de mi hijo con respecto a su próximo desarrollo como un demonio— sonrió amargamente que rápidamente paso a una mirada severa —pero guao, grata es mi sorpresa al ver como el mayor pecado castigado en mi reino se iba a comerte aquí en nombre de mi padre, esos amigos es blasfeman— rio recordándoles a todos que iban a ser testigos de una violación disfrazada con deber.

—Ese muchacho es hijo bastardo de tu unión con una humana...— se levanto molesto el Grigori señalando a Rin el cual se escondió mas adentro del velo de la hermana de Maya, esta rugió como una serpiente asustando al Juez, Satán alzo la mano y esta misma se calmo pues estuvo a punto de lanzarse a ellos por tan crudas palabras el Grigori del medio con severidad y sereno alzo la voz lo suficiente para ser oídio eh infundir respecto —El solo es un arma que se usara para tu destrucción, por lo tanto su deber es el solo obedecer y cumplir— esto le saco una carcajada al hombre peli blanco el cual alzo la vista mientras se limpia las lagrimas que salían de sus azulados ojos —¿Arma? ¿Ustedes le creyeron eso a Samael?— pregunto viendo mas juguetonamente a todos y mas a su hijo.

—Padre, no hay necesidad de ser tan rudo era la única forma de que no ejecutaran a Okumara-kun—  Dijo Mephisto sonriente mientras tomada un sorbo del caliente te disfrutando de la jugosa escena que se forma delante de el —¿Que? ¡¿Osaste mentirnos?!— Grito como pudo Arthur Auguste Angel, levantándose irritado por la humillación brindada por la dama de velo —Nunca te fíes de un demonio— Mephisto se encogió de hombros ignorando los gritos que se le promocionaban  —Tu...¡¡¡pagaran por tus crímenes!!!— Grito alzándose para de atacarlo, pero el chasquido de los dedos del demonio del tiempo de este hizo que el chico mas pequeño Kenji detuviera el ataque de Excalibur con una kamayari este palideció a ver la fuerza del joven que no se inmutaba ante el.