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Ignacia

Solo podía ver una cosa.

Y lo que más me daba risa. Era la persona que estaba parada al frente mío, casi al borde de las lágrimas.

Dramático.

Tenía su pelo desordenado, sus puños apretados. Sus ojos cafés claros decaídos, los cuales de estos se aproximaba una lagrima.

El al borde de las lágrimas y yo al borde de la risa.

Como me voy a olvidar del aweonao' que me gusta.

–¿Y..?–Me miró con una lagrima–¿Te vas?.

Esto es muy cruel.

Pero que sienta como duele.

Me miró por última vez, y su mano se levantó y rápidamente se limpio la lagrima, y miró hacia otro lado.

–Si–Volvió a mirarme–Ya me voy.

Se dio la vuelta y camino unos pasos hasta mi ventana,-los cuales no eran muchos-Y empezó a subir, para poder salir.

Que perfecta actuación.

Pero es hora de acabarla.

Cuando el tenia medio cuerpo afuera, y estaba por irse, tome su brazo.

Su cabeza giro hacia mi direccion y me miro confundido.

Le sonreí.

Con mis dos manos tomé su mejillas y las levante solo un poco;

–Como me voy a olvidar de Mi benjitaSusure encima de  su boca.

Me miró como '¿Me estai' webiando?'

Su cara fue un arte.

Miró para otro lado e intento esquivar mi mirada.

Ya si era broma.

Se quedo haci por unos segundos y me miro nuevamente, pero ahora su mirada estaba nublada, y tenia los ojos rojos, y de estos salía lágrimas.

Lo mire preocupada.

Empezó a reproducir los típicos sonidos cuando uno llora, y tuve que atraer su cabeza en mi pecho, para que no se escucharán.

Pero cada vez eran más fuertes.

–Benjamín.– lo llame

Pero no reaccionaba.

Y todavía tenia medio cuerpo afuera en mi ventana.

–Oye, se va a escuchar para afuera.

Pero el seguía llorando. Con todo el ruido acumulado.

Saque su abeza de mi pecho y tome nuevamente sus mejillas entre mis manos.

Sus ojos estaban más cerrados y por supuesto que rojos. Junto con su cara húmeda.

–Primero párate, y entremos.

Le ordené.

A lo que me hizo caso.

Cuando se bajo de inmediato me abrazo.

Se sintió tan bien.

Me abrazaba como si el mundo se acabará.

Como si nada más importara, solo el y yo.

Me apretaba demasiado fuerte, y tenia su cabeza escondida en mi cuello.

Extrañaba tanto estar cerca de él, su presencia, su sonrisa, sus ojitos, pero sobretodo la paz que sentía cuando estaba junto a él.

Oiga, Mi Reina'.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora