—¿Entiende la misión, entonces?
Peter mira el mapa que el jefe S.H.I.E.L.D. había extendido en la pequeña sala de espera para abordar el jet y agita la cabeza asintiendo con la frente arrugada.
—¿Solo tengo que hacer eso? —pregunta aún confundido.
—¿Solo eso? Esa central está altamente vigilada y tiene cinco anillos de seguridad. Me preocupa que diga solo eso, señor Parker.
Peter se sonroja ligeramente.
—Lo siento, es que... ya he hecho prácticas de este estilo. El señor Stark se asegura de que mi entrenamiento sea completo. El coronel Rhodes ha supervisado muchos de mis trabajos por fuera de la agencia.
El hombre lo estudia detenidamente y Peter se agita un poco. No le gustaba mucho el presidente de S.H.I.E.L.D. pero Tony trabajaba siempre con él y a la fecha no lo había escuchado quejarse excesivamente de él. Y eso que a su mentor parecía darle años de vida quejarse de las personas. Decía cosas como que era un viejo engreído y un estúpido de remate, pero no es que dijera algo mejor del presidente de los Estados Unidos.
—Bueno, entonces cuento con que la misión esté completa antes de que pasen las 72 horas que se le brindaron de ventana —comenta mirándolo atento a su reacción.
Peter esperaba silenciosamente que la misión esté completa en mucho menos de eso. No le gustaba nada estar haciendo eso en épocas navideñas, pero no es como si pudiera decir mucho. Cuando lo llamaban no tenía permitido negarse. Lo que más le extrañó es que la llamada viniera de manera tan directa. Tony era el que solía darle sus misiones, pero como Tony tenía algo así como diez días, trece horas y... veinte minutos de no hablarle... Conteniéndose para no suspirar con fastidio, sabiendo que ya había quedado como un arrogante sin querer y no pretendía encima dar la imagen de un maleducado, Peter asiente.
—Cuento con ello, sí —dice solemne y el hombre de edad que frente a él lo estudia, asiente con lentitud.
—El equipo de respaldo estará atento por si surge algún inconveniente. Uno de extracción esperará por aquí —dice señalando una de las unidades más lejanas del bloque de edificios que bordeaban la bahía donde la central nuclear hacía base en medio del atlántico.
—Bien —murmura Peter, pues esa era información que ya le había brindado la noche anterior cuando lo llamaron y le dijeron que en media hora lo pasarían a buscar para llevarlo a una misión.
El hombre que lo esperaba en la acera junto al auto tintado lo miró de arriba abajo unas diez veces antes de abrir la puerta de la parte de atrás del coche y tomar su puesto como chofer. El agente de Control de Daños que lo esperaba en la parte trasera le dio una idea general de la misión y para cuando entró en la sala de comando, tres marines y dos agentes especiales de S.H.I.E.L.D. terminaron de explicarle al detalle todo lo que esperaban de él.
—Deberá comprobar cada dos horas su ubicación para que los equipos de espera puedan reorganizarse si algo va mal.
—Seguro —murmura torciendo un poco la vista, para ver sobre el mapa. Ya sabía de memoria las ubicaciones y los tiempos, pero quería dar la imagen correcta.
No sabía si Tony estaba detrás de algún vidrio estudiando. La idea era un poco descabellada, pero no tan improbable como podría parecerle a alguien que no tuviera años de eso encima. Quizá la prueba no era propiamente para él, sino para su mentor. Eso también tenía mucho sentido y por más que Peter empezaba a sentir deseos de estrangular al susodicho por su terquedad, no iba a hacerlo quedar mal con un superior.
El general Ross lo mira detenidamente antes de darle un golpe a la mesa y cerrar el plano. Peter lo mira sin saber qué esperar, pero el hombre se endereza y sonríe cogiendo el bastón que había acomodado sobre la mesa al sentarse en la silla frente a Peter.
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Otra tonta historia Navideña │starker│
FanfictionPeter ama la navidad y cree firmemente que en la época anual de los milagros todo es posible. Tony, por su lado, detesta la navidad y todo lo que la rodea. Muérdago, pinos, decoraciones, nieve, chocolate, películas y un sin fin de cosas que parece...