—¿Bien?
Tony ve de lado como Peter lo mira fijo. Con los nervios destrozados como los tenía no puede hacer chistes. Y sabe que debería empezar a echar guante a su humor si no quería que lo que él imaginó como una despedida un poco más fría que de costumbre se tornara en... Bueno, quién sabía, Peter estaba más allá de la seriedad. También sus palabras eran demasiado solemnes. No las creía en lo absoluto, pero un ligero regusto ácido subiendo por su garganta le da mala espina. Existía la posibilidad de que estuviera hablando en serio y eso bastaba para ponerlo en guardia.
—Estás enojado —comenta con la boca extrañamente seca—. Sé que no me comporté bien y eso...
—No —lo corta Peter, acomodándose en el taburete alto de la cocina, donde se dejó caer cuando Tony lo forzó a dejar que sea él quien lavara los últimos trastos de la mesa.
Sin poder esquivar los ojos cafés que lo persiguen buscando su atención, Tony lo mira largo y tendido. Se traga la réplica que viene a su mente. Odia que lo corten o interrumpan, pero no parece que su "pupilo" esté por la labor de soportar que se lo recuerde.
Todos se habían ido. Todos entendían que era para darles intimidad y de alguna manera, todos parecían también saber para qué la necesitaban. Y no, nadie lo miró como solían hacer cuando estaba Peter involucrado. Él mismo no era idiota. Sabía, y le constaba, que la cosa empezó mal y terminó de la manera más desastrosa posible. ¿Previsible? Mierda, sí, pero era algo que sabía tarde que temprano iba a pasar y a qué mala hora creyó que estaban listos.
Todo era culpa de Kenner y Tony se negaba a aceptar pegas a ese hecho. Harley sacaba lo peor de él cuando se trataba de Peter y Tony sabía bien por qué, así quisiera hacerse el idiota al respecto. Cosa que empezaba a pesar, porque de alguna forma, hasta él que era un eximio ciego cuando se lo proponía, ya no podía eludir.
Los chistes empezaron muchos años atrás, puntualmente cuando Tony escondió a la pequeña joya que salió del MIT de sus ojos. Harley desde ese día siempre intentó sonsacarle qué demonios tenía guardado en el taller de la Sede y por más que Tony fingía demencia cuando lo preguntaba, nunca dudó que llegaría el día que aquello le volviera en contra. Pero en él mientras tanto, no se hizo gran problema; eran chistes que, sin conocerse, no tenían real poder de desbordar su mierda por todas partes. Pero ahora se conocían, ahora Harley sabía bien de quién hablaban y la parte más retorcida de él entendía el peligro implícito.
Ahora, con Peter serio y sin humor alguno sentado a poco menos de dos metros de él, se daba cuenta de que fue sumamente idiota haberlo provocado luego de tener una última charla de advertencia en la sala. No debió burlarse del maldito con el ligue con el que andaba Rhodes y menos que menos debió hacerlo frente a todos. Pero el malnacido se había reído de él en su puñetera cara y le dijo con toda la soltura del mundo que si tanto deseaba que Peter se olvide rápido de él, un poco de su ayuda no le vendría mal.
"Quizá le doy algo mejor en lo que ocupar su tiempo" se rio dándole un golpecito juguetón en la mejilla cuando Tony en vano intentó recordarle las reglas que le había soltado la noche anterior antes de confirmar su asistencia. "Después de todo, eso es lo que quieres: Que el chico deje de jugar contigo y se vaya con alguien de su edad. A ti no te gusta tanto" añadió clavando con intención los ojos en él, regodeándose internamente al ver la lucha interior que libraba consigo mismo. "Haces esto solo para que el pobrecito se aburra, no porque de verdad te interese en ese aspecto en particular". Se fue luego de esa puñalada y lo dejó allí plantado, con las respuestas que debía dar atragantadas, incapaz de darle la razón.
Tony entendía en lo más básico que por mucho que lo molestara, no haría nada. Y ese no fue su miedo en un primer momento, el peor miedo de Tony era la influencia que podía obrar sobre Peter o las cosas que podría decirle. Luego, casi en el fondo de sus preocupaciones, estaba que Harley quisiera coquetear con el chico y lastimarlo. Pero ahora, ahora era en lo único que podía pensar, era lo único en lo que su mente parecía ser capaz de enfocarse.
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Otra tonta historia Navideña │starker│
FanfictionPeter ama la navidad y cree firmemente que en la época anual de los milagros todo es posible. Tony, por su lado, detesta la navidad y todo lo que la rodea. Muérdago, pinos, decoraciones, nieve, chocolate, películas y un sin fin de cosas que parece...