PRÓLOGO

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El gemido de Jimin . Pidiendo que se detuviera le provocó un escalofrío enviándole vibraciones a todo su cuerpo. — Prometiste que te animarías— Él advirtió, recordándole. — Lo haré, despacio, lo prometo— dijo, mientras siguió moviendo su dedo en su interior.

Jimin solamente cerró los ojos, y se acercó a Jungkook ansiosamente para fundirse en un beso. Fue Jungkook quien decidió romperlo para comenzar a embestir su boca. Metió y sacó su miembro, disfrutando de la lengua húmeda de Jimin y de la forma en la que su saliva se aferró a su carne en un hilo delgado al separarse.

Jimin se recostó sobre la cama con las piernas abiertas, apoyando los talones sobre sus hombros. El miembro de Jungkook se presiónó en el agujero de Jimin lentamente, porque sabía que era su primer experiencia - la de ambos, en realidad, ésta era la primera vez de ambos - y no quería hacerle daño. Ambos eran inexpertos y todo era algo bruto, aunque Jungkook trataba de no serlo. Jimin vio la expresión de Jungkook de cerca mientras empujaba, y sintió como tocó hasta el fondo en un suspiro de satisfacción.

Una vez ajustado, comenzó a un ritmo lento, cubriendo a Jimin con besos, y endulzando su oído para que se relajara. — Se siente tan bien, Jimin . Eres hermoso, eres hermoso.— Él le dejó un beso en cada pedazo de piel a su alcance, disfrutando de la manera en que su amigo se retorcía debajo de él

[...]

Dos años después...

El ritmo se aceleró y pronto Jimin estaba sin habla. La mano de Jungkook se envolvió alrededor del miembro de Jimin , acariciándolo con movimientos largos y repetitivos. 

Cuando sintió que venía la liberación, suavemente le susurró al oído — Córrete para mi, Princesa. Hazlo por Daddy— .

Eso dio lugar a que Jimin se diera la vuelta en la cama, inclinándose, ansioso. — ¿Qué quieres, princesa? ¿Qué es lo que quieres?— Jungkook se puso de pie a un costado de la cama, desabrochando su pantalón, palmeando su culo, exigiendo una pronta respuesta. — No te escucho, hermosa. Dile a Daddy lo que quieres—

[...]

— Tenemos que hacer esto más a menudo.— Jungkook dijo con voz ronca, sin aliento. — Cada día estás más hermoso...—

Jimin sólo pudo dar un gruñido de reconocimiento, aunque agradecido por los elogios, recostándose a un lado en su cama.

— ..Debemos tratar este asunto— - juguete sexual - — sin embargo.— Contestó.

La primera vez que Jimin lo había llamado — Daddy— fue para molestarlo en la cama. Se había dado cuenta muy pronto de que si era capaz de consentir a su amigo, él conseguiría sacar su lado más salvaje, y como resultado, el sexo iba a mejorar, al menos en el punto de vista de Jimin .

Se puso de pie frente al espejo de su habitación arqueando su ceja mientras pasaba la yema de sus dedos por aquellos moretones, los pesados arañazos, y restos de saliva en todo su cuerpo. Jungkook era algo... intenso.

Por un lado, estaba la diferencia de tamaño a considerar. Jungkook era más robusto, por lo que parecía el doble de su tamaño, y Jimin de una contextura delgada, muy delgada pero con unas nalgas redondas... Jungkook podía tocarlo con una sola mano ya que era lo suficientemente grande como para rodear el muslo. Jungkook tiene total control sobre él, era tanto el poder que tenía que podía manejarlo como quisiera. Nunca eligió 'usarlo' o bueno, quizás al principio se usaron mutuamente para quitarse la virginidad entre ellos. Ninguno estaba listo para gritarle al mundo que se cogía a su mejor amigo a escondidas desde hace dos años.

Ellos eran muuuuuy heterosexuales.

Jungkook, en la intimidad era dulce, y cariñoso, decente. Era el cerebrito de la clase, pero a la hora de estar en la cama se convertía en otra persona. No había rastro de aquel muchacho dulce y tierno que aparentaba ser, y ni hablar de Jimin ... detrás de todos esos tatuajes y aspecto rudo, no había más que una hermosa Princesa sumisa con Daddy.

Las apariencias engañan. Sí, eso es un cliché, pero es el caso.




She ♥︎ KMDonde viven las historias. Descúbrelo ahora