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Cada embestida era brusca, como suele serlo. Jimin estaba inmovilizado, su cuerpo le dolía, le dolían las marcas que dejaba Jungkook en su piel, pero aún así le gustaba el dolor. Le gustaba ser castigado por él, le gustaba que lo arañase, que lo mordiera, y que le palmeara el culo porque así era más caliente la situación. Duele, es doloroso siempre, lo quema muy dentro de él, y es por eso que sus ojos ahora estaban lagrimeando. La música estaba muy fuerte, por lo que podía gemir alto si quisiera, y lo hacía sólo porque Jungkook amaba escucharlo gemir. 

Nunca había considerado lo mucho que le gustaba que Jungkook le hiciera daño, nunca se detuvo a pensarlo... nunca hasta este momento. 

[...]

Luego de aquella noche donde ambos perdieron la virginidad, se ignoraron por unos días. Se esquivaban al verse, se morían de vergüenza por todo. Las ventanas de sus cuartos estaban una frente a la otra, razón por la cual se espiaban sin que el otro se diera cuenta. Eran las 2am cuando Jungkook vio que la luz del cuarto de Jimin estaba prendida, y trepó por el árbol que dividía ambas casas, apareciendo en el balcón de su amigo. Golpeó el ventanal y Jimin le abrió enseguida, casi asustado porque no se esperaba verlo allí. 

— ¿Qué haces aquí? Son las 2 de la mañana, estup-

Jungkook no dejó que terminara la frase, porque se abalanzó hacia él uniendo sus labios casi desesperadamente. Jimin correspondió al beso al instante, pero pronto reaccionó el que hacían y con sus manos en su pecho lo empujó, alejándolo de él 

— ¿Qué haces? ¡No! Dijimos que sería solo esa vez. ¡Vete!— 

— Jimin, estoy duro—  dijo Jungkook sonando desesperado. — Estaba pensando en ti, y estoy duro— 

— Bueno, hazte la paja. No vengas aquí— 

— Pero-— 

— No, Jungkook. No jodas, vete— 

Jungkook le hizo caso a su amigo, se fue a su casa... y se masturbó. 

Una tarde se citaron para hablar de la situación. Ellos habían prometido que nada cambiaría y que seguirían siendo amigos sin importar qué. 

Lógicamente algo cambió para ellos y ninguno quería perder la amistad del otro. Hicieron las paces, prometiendo que todo seguiría como antes. 

Luego, ese mismo fin de semana, Jungkook lo invitó a jugar a la Play o mirar una película en su casa y luego se podría quedar a dormir si quisiera. Eso hacían siempre, quizá no estaría mal volver a tener la costumbre que tenían antes de que sucediera 'aquello'. 

Luego de jugar y mirar una película, tiraron dos colchones en el suelo. Los dos se acostaron bajo las mantas, conversaron un rato, y luego apagaron las luces. 

Jimin no podía dormir, estaba inquieto porque Jungkook le provoca cosas inexplicables. No sabía porqué, pero la idea de tenerlo tan cerca suyo y no poder hacer nada lo angustiaba. Los colchones estaban separados, pero uno al lado del otro. Jungkook intentaba pensar en otras cosas, pero escuchaba la respiración de Jimin muy cerca. 

Había pasado media hora desde que apagaron las luces, y Jimin notó que Jungkook se removió de forma nerviosa en su cama. Acabó por girarse hacia donde estaba Jungkook; el pelinegro notaba la cálida respiración en su nuca, señal de que estaban a escasos centímetros cerca. Intentó ignorarlo, pero no pudo, ya que su aliento comenzó a ponerlo caliente. 

Tímidamente se llevó su mano a su miembro mirando que estaba comenzando a endurecerse, y empezó a acariciarse, tratando de no hacerlo muy fuerte para que Jungkook no se diera cuenta. 

She ♥︎ KMDonde viven las historias. Descúbrelo ahora