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Namjoon  llegó a casa y bajo el agua de la ducha, lloró. Imágenes de un Seokjin besando a otro se le vinieron a la mente como malditos videoclips. Lloró recordando aquella primera cita que tuvieron, donde todo le salió tan, tan mal que aún no entiende cómo es que Seokjin aceptó ser su novio luego de eso. 

[...]

La semana había pasado muy lentamente para él. Estaba ansioso de por fin tener aquella cita con Seokjin, esa que suplicó tener por tanto tiempo y deseaba con todas sus fuerzas que todo saliera como él lo había planeado. 

Era viernes por la tarde, salió de la ducha y se vistió con aquellas prendas nuevas que compró para la ocasión. Se bañó en perfume y salió en su auto en busca de aquel chico que robaba todos sus suspiros. Prácticamente es la primera vez que hace esto, porque nunca tuvo una cita de verdad, nunca tuvo novia, las chicas con las que se acostaba eran simplemente eso, un polvo. 

Llegó a casa de Seokjin a las 8 en punto, super puntual. La madre de Seokjin abrió la puerta, para asegurarse de quién era ese chico con el que su hijo de 15 años iba a tener su primera cita. Sonrió al ver que era muy lindo, como su hijo lo describió. Seokjin aún no estaba listo, es por eso que se demoró unos cuantos minutos en bajar de su habitación. 

— Dime, Namjoon . ¿A qué hora piensas traer a Seokjin? Es la primera vez que tiene una cita, necesito saber si puedo confiar en ti. Eres mayor que él— 

— Oh, señora, descuide. Lo llevaré al cine, luego a cenar, y lo traeré de regreso a casa de inmediato, puede confiar en mi. Cuidaré a Seokjin— 

— Conozco a tu madre del gimnasio, ella es muy simpática. Está bien, confiaré en ti, no me defraudes— 

Seokjin bajo por las escaleras y Namjoon  podría jurar que dejó de respirar en aquel momento al verlo. Seokjin era hermoso siempre, pero arreglado para una cita, era mil veces, ¡qué mil veces! ¡Un millón de veces más hermoso!

Subieron al auto, y en silencio manejó durante unos minutos. Namjoon  estaba nervioso, no decía nada, no hacía más que respirar fuerte y Seokjin se incomodó un poco, entonces quiso romper el hielo. — ¿Qué haremos al final? No me has dicho— 

Namjoon  se acomodó en el auto, nervioso y giró para verlo. Las mejillas de Seokjin estaban sumamente coloradas. Su vista se centró fijamente en los labios del menor. Aquellos estaban entreabiertos, y resecos por demás. Inconscientemente se relamió el labio superior. Volvió la vista al frente por un segundo y de nuevo a él. — ¿Qué? ¿Cóm-?— 

— Que a dónde iremos, porque no me has dich- ¿eso es humo?—  Dijo Seokjin, señalando el capó del auto. 

El motor se apagó en medio de la calle cuando dijo aquello. Namjoon  bajó del auto llevándose ambas manos a la cabeza, Seokjin bajó segundos luego, al ver que Namjoon  abría el capó del auto para verificar cuál era la falla. Era la misma de siempre, el auto se apagaba pero luego de un par de horas volvía a arrancar sin problemas. 

El mayor cerró el capó del auto con furia, maldiciendo infinidad de cosas. Seokjin dio unos pasos hacia atrás al instante, tuvo miedo. Se arrepentía tanto de haber aceptado esa cita, porque le habían advertido que Namjoon  era así. 

«Namjoon  es demasiado agresivo, golpea a todos, no debes confiar en él. Se acuesta con todas y después las deja llorando. Te promete amor para llevarte a la cama. Es violento, es mala persona, ten cuidado» esa era alguna de las advertencias que recibía de su compañera Nayeon cuando le confesó que conoció a Kim Namjoon  y que le gustaba. 

Namjoon  lo observó alejarse, y notó en Seokjin un rostro de decepción al mirarlo. Se acercó a él lentamente. — Seokjin, perdóname, me puse nervioso, ¿Podemos tomar un taxi? Perderemos la película, ¿vamos?—  Su suave tono de voz tranquilizó a Seokjin. ¿Cómo alguien con esa hermosa vocesita podría ser todas esas cosas horribles? De seguro hablan así de él porque no lo conocen. — Sí, Nam, vamos— 

She ♥︎ KMDonde viven las historias. Descúbrelo ahora