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Era sábado temprano cuando Jungkook despertó por aquellos besos que recibía. Una vez abrió que los ojos, Jimin se acercó y sin preámbulos, lo dijo. 

— A la mierda todo, te extraño. 

Esa es la única advertencia que Jungkook consiguió antes de que Jimin se sentara a horcajadas sobre él y unir sus labios. Jungkook mantuvo sus brazos firmemente a los lados y no hizo absolutamente nada para disuadir a Jimin de agarrar su rostro con ambas manos y con impaciencia chupar su labio inferior. 

— Hasta que lo admites, hermosa. ¿Me extrañas? ¿Extrañas mis besos? 

Jimin no contestó, simplemente se quedó sentado allí, respirando ruidosamente por la nariz y la boca mientras se besaban, se besaban y besaban. 

— Nada de besos. 

Jimin se alejó, frunció el ceño — ¿Eh? 

Jungkook rió — Que dijimos aquella vez que nada de besos y míranos ahora.

Jimin rodó los ojos y volvió a unir sus labios desesperadamente, mientras hacía movimientos circulares sobre Jungkook. 

El rubio rompió el beso del momento para seguir hablando — Tú no querías besarme, y mírate ahora... hermosa—  susurró mientras apretaba su trasero, logrando que Jimin sintiera su miembro sumamente duro debajo de él. — Admítelo, te encanta besarme, te encantan mis besos— 

No pasaron muchos segundos luego de eso, que Jungkook lo empujó contra el colchón, colocándose sobre él. Sus manos volaron hasta la cintura de Jimin, y él se sonrojó. No podía evitar que sus caderas se balancearan lentamente hacia abajo contra el cuerpo de Jimin, frotando ambos miembros. Jungkook presionó su lengua contra la de él y gimió. Ambos lo hicieron. 

Jimin retrocedió, jadeando un poco y estudiando el rostro de Jungkook. — Hm.— 

— Dime lo que quieres.—  Desafío Jungkook. 

Jimin se acarició la barbilla, pensativo. — Hmm... tal vez... sólo tal vez podrías hacer que no me arrepienta de haberme despertado tan temprano— 

Jungkook parpadeó. — ... ¿Y qué debo hacer?— 

Jimin se encogió de hombros y se aferró de nuevo por más besos. 

Se sentía demasiado bien. Esto que hacían, se sentía tan jodidamente perfecto... como si no hubiera nada mejor. 

Jungkook sabía que Jimin era difícil de complacer, no se conformaba con simples duras embestidas, ni rudos besos. Siempre buscaba más, y Jungkook era quien trataba de complacerlo en todo. 

Unieron sus labios nuevamente de manera descoordinada. Jungkook gimió mientras se sacudió contra Jimin y volvió a romper el beso, jadeando. — Sólo tienes que decirme. Sólo-— 

— ¿Hm? ¿Decirte qué?—  Jimin apretó sus piernas alrededor de sus caderas, friccionando ambos miembros con dureza. 

Jungkook sintió que su miembro estaba por estallar, y él sólo necesitaba escuchar de la boca de su Jimin qué era lo que quería... ama escucharlo gemir, ama escucharlo suplicando por una buena cogida. 

Vio los ojos de Jimin bajar la mirada hacia su miembro y como sus cejas se arquearon mientras mordía su labio inferior, para terminarlo, tuvo la audacia de sonreír. 

Jungkook se sonrojó. — Sólo voy a... voy a hacerte lo que me pidas, hermosa. Dile, dile a Daddy lo que quieres y cómo lo quieres—  susurró en sus labios. 

.....

La próxima vez que ocurrió, fue en casa de Jimin. Él estaba en la cama, y Jungkook se había introducido de imprevisto a besarlo y comenzar con su rutina habitual de sexo un viernes por la madrugada. 

She ♥︎ KMDonde viven las historias. Descúbrelo ahora