IX

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#ABlueTime

Había sido un día ocupado. Claro que, la fatiga que Izuku sentía ahora mismo no era similar al cansancio extremo que sufrió durante su corto tiempo como estudiante a héroe renegado. Este era más llevadero, y gracias a All Might que así fuera.

Su encuentro con Supergirl y Dex-Starr lo atrasaron bastante, y a Sarah le pareció extraña su impuntualidad. Mas tarde cuando ella se dio cuenta de lo que paso, si llegó a asustarse bastante. Afortunadamente para él, viendo que estaba bien, le advirtió y suplicó que tuviera cuidado al andar ahí afuera.

Tuvo que mentirle con una sonrisa.

Luego vineron Supergirl y Bizarra como civiles, pidiendo exactamente lo mismo, pero ninguna traía dinero en su bolsillo y, viendo que Izuku era el chico nuevo de la preparatoria, le pidió dinero prestado. Con las conclusiones que sacó Izuku de la interacción de Supergirl y Bizarra, no se pudo negar.

Fue un buen día para él y para el negocio.

Llegando al edificio junto a los Clover, Izuku se quedo atras un momento- Sarah, Dan.- captó su atención- Iré a ver al Hopkins.

-Oh, cierto- recordó Dan.

-¿Vas a limpiar la azotea?- Izuku asintió hacia Sarah- Bueno, es dinero extra para tí...- Sarah volteó a todo lado- ¿Sí te ha pagado las dos veces anteriores?

Entre unas risas, Izuku afirmó- Si, no te preocupes.

-Bien. Nos vemos en un rato, Izuku.

-Claro que sí- sonrió hacia ellos.

Izuku se topó un día al señor Hopkins, el dueño de los apartamentos, subiendo un gran tarro con productos de limpieza, escobas, y demás. ¿Y cómo una ayudar a un señor ya mayor a subir tanto equipo hasta el último piso? Y ya que estaba ahí arriba, ¿por qué no limpiar por él? Y, larga historia corta, Izuku limpiaba la azotea por veinte dólares una vez a la semana, como acordó con el señor Hopkins.

Izuku se acercó a la recepción, notando que el señor Hopkins no estaba. Tocó el timbre, mientras rascaba su cabeza, y sus dedos se enredaban en su cabello. Un segundo después, se escuchó un golpe bajo el mostrador junto a un quejido.

-¿Izuku?

-Señor Hopkins, ¿está bien?

-S-sí, sí.- detrás del mostrador, un señor algo robusto y gordo asomó la cabeza. Si cara arrugada se notaba pecosa, y su cabello al ras brillaba como la plata. Izuku no tenía idea de como describir al señor Jimmy Hopkins; era casi un enigma para él. No sabía nada más que él nunca sonreía, por lo que deducirá que era alguien muy serio- ¿Vas a limpiar?

-Sí, señor. Vine a recoger las cosas.

-Pasa a recogerlas al cuarto de limpieza. Tu estás más joven- dijo apuntando a una puerta cercana.

-Sí, señor.

Sin demorar mucho, Midoriya entró a tomar unos cuantos productos, una escoba, un balde, entre algunos otros materiales. Salió, y despidiéndose del señor Hopkins, subió por las escaleras. Bostezó cuando tras varios minutos, llegó a la puerta de la azotea. Y tras abrirla, entendió que lo separaba del frío viento de la noche.

Caminó a la derecha de la puerta, y dejó los materiales en el piso, mientras veía al lado del acceso a la azotea. Un conjunto de materiales y cajas de madera apilados firmemente. Quitó la vista, y mientras sacaba los productos de limpieza del balde, pudo sentir una mirada sobre él.

-¿Te agrada este lugar,- preguntó sin ver- Dex?- y obtuvo un maullido en respuesta. No fue amoroso ni mucho menos, pero no fue agresivo tampoco. Y eso estaba bien. Poniéndose de pie, sacó de sus pantalones anchos un bolsa de alimento para gato. Se acercó al minino, cuyo búnker estaba escondido en una caja en la pila, y estaba equipado con mantas y tarros para que Dex comiera. Sirvió la comida en un tarro y tomó el otro para llenarlo con agua- Aquí nadie entrará a molestarte, y como te prometí: tendrás paz.

DC Super DekuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora