i stole your love

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1977

Otra noche más llorando, sumido en la penumbra de sus pensamientos, escuchando los gritos de aquella persona de la que estaba profundamente enamorado. Aquella persona con la que anhelaba algo que jamás tendría, algo que se limitaba a unas simples noches de juego que no significaban nada. Su amor por él era tan inmenso, pero el amor de su amado era simplemente escaso, como un susurro ahogado en un grito. Ante aquellas agresiones verbales, su amor lentamente se marchitaba, desvaneciéndose como el humo entre sus dedos.

—¡POR DIOS, STANLEY! ¡YA CIERRA ESA ESTÚPIDA BOCAAAAA! —exclamó, su voz resonando en la soledad del cuarto, rebotando contra las paredes como un eco doloroso.

Paul, un joven de cabellos negros como la noche y piel morena, estaba hecho un mar de lágrimas. Odiaba cuando su amado se comportaba de esa manera, como si cada grito desgarrara su corazón en mil pedazos. No sabía en qué momento su amistad y amor se habían esfumado, desvaneciéndose como el humo en el aire. Parecía que fue ayer cuando los dos fundaron su primera banda, "Wicked Lester", y eran inseparables, dos almas unidas por la música y la pasión.

Aún recuerda vívidamente cuando Gene, con esa mirada intensa que lo hacía temblar, le hizo la propuesta que cambiaría su vida para siempre. En aquel instante, Paul sintió que el mundo se detenía, pero ahora se preguntaba si alguna vez habían estado realmente juntos o si todo había sido una ilusión.

1971


- ¿Estás bien, Pauli?

Gene se acercó al armario de la habitación de Paul, donde los sollozos de su mejor amigo resonaban en la penumbra. Al abrir una de las grandes puertas, se encontró con Paul, abrazando sus piernas y llorando en silencio.

- No les prestes atención, Pauli... Son unos estúpidos que no valoran nuestra banda. Mírame.

Paul se negó a levantar la vista; detestaba que Gene lo viera en ese estado vulnerable. Era una de sus principales inseguridades. Sus ojos estaban hinchados y sus mejillas sonrojadas, lo que lo hacía sentir como un tonto.

- Vamos, Pauli -dijo Gene, acariciando suavemente el cabello de su amigo-. Mírame.

Con delicadeza, Gene alzó el rostro de Paul, quien desvió la mirada, incapaz de sostenerla. Las lágrimas brotaban de sus ojos como un torrente incontrolable. Gene sabía que Stanley era un chico lleno de inseguridades y que resultaba demasiado fácil manipularlo y herirlo.

La voz quebrada de Paul hizo que Gene sintiera un nudo en el estómago. Las burlas de aquellos chicos, miembros de la banda, hacia Paul lo llenaron de una rabia intensa. No podía soportar ver a su amigo herido.

—¡Claro que no cantas mal! —exclamó Gene, su voz llena de determinación—. Ellos son unos idiotas. Sabes que amo tu voz. En todas las canciones que hemos grabado, suena increíble.

Paul guardó silencio, inmerso en sus propios pensamientos. La inseguridad comenzaba a apoderarse de él, y no sabía si debía rendirse ante las críticas o aferrarse a las palabras de Gene.

—Mira, Paul —continuó Gene, acercándose un poco más—. Te tengo una propuesta. Tal vez no sea el mejor momento, pero... ¿qué te parece si escapamos juntos de esta estúpida banda? Podríamos crear algo mejor, donde tú y yo hagamos lo que realmente queremos, sin tener que escuchar las críticas de esos dos idiotas.

Paul miró a Gene, y en sus ojos brillaba una chispa de esperanza. Esa mirada hizo que Gene sonriera con calidez. En ese instante, todo parecía posible.

I still love youDonde viven las historias. Descúbrelo ahora