En un mundo donde la frontera entre la realidad y los sueños es difusa, una mujer llamada Arianna descubre la capacidad de trascender en sus sueños. A través de un brinco cuántico, logra viajar a universos paralelos donde experimenta diferentes real...
En el vasto universo en el que vivimos, existen fuerzas y energías que van más allá de nuestra comprensión. Somos seres espirituales experimentando una existencia terrenal, pero ¿qué sucede después de nuestra muerte física? La reencarnación es una idea fascinante que sostiene que nuestras almas se reinician en diferentes cuerpos y vidas, experimentando múltiples existencias para evolucionar y aprender lecciones valiosas. A lo largo de la historia, muchas culturas y religiones han abrazado la creencia en la reencarnación, viéndola como un ciclo natural de renacimiento y crecimiento espiritual. En esta travesía de vidas pasadas, nuestras almas tienen la oportunidad de sanar heridas, corregir errores del pasado y avanzar hacia la iluminación. La idea de la reencarnación nos brinda esperanza, nos reconforta en momentos de dolor y nos inspira a vivir con propósito y significado. Nos recuerda que nuestras acciones en esta vida tienen un impacto en nuestras vidas futuras y en el mundo que nos rodea. Nos invita a reflexionar sobre nuestras elecciones y a cultivar el amor, la compasión y la sabiduría en nuestro camino. Al comprender la conexión entre nuestras vidas pasadas y nuestra existencia presente, podemos tomar el control de nuestras vidas y de nuestro destino. Podemos liberarnos de patrones destructivos, sanar traumas pasados y alcanzar un mayor nivel de conciencia y plenitud. La reencarnación nos enseña que somos seres eternos, conectados con el universo y con el poder divino que habita en cada uno de nosotros. En este viaje de autodescubrimiento y transformación, recordemos que cada experiencia, cada encuentro y cada desafío nos ofrece la oportunidad de crecer y evolucionar. Aceptemos el regalo de la reencarnación y abracemos nuestra verdadera naturaleza espiritual. Juntos, podemos construir un futuro lleno de luz, amor y esperanza para toda la humanidad.
Había una vez una mujer llamada Arianna, que desde pequeña había tenido sueños muy vívidos y reveladores. Ella provenía de un país tropical, rico en cultura y turismo y sobre todo famoso por sus playas. Su vida era como la de cualquier otra mujer viviendo en la rutina en una relación cansada y consumida por los desacuerdos, falta de comunicación y sobre todo la principal de las bases la comprensión. Desde pequeña ella, era considerada abrumadora por su familia, por sus gustos a inclinación hacia el arte gótico. Ya que en su familia nadie tenia ese tipo de gustos, por otro lado estaban sus sueños. El enigma de tenerlos y la gran mayoría cumplirse, y vivir los deja vu. Tener la sensación de que el día es repetido era un sentimiento que le resultaba extraño, soñar con la muerte de un familiar y no poder cambiar nada, porque así ella lo informará o tratara de cambiar la situación igualmente se cumplia, le resultaba desgarrador, a su temprana edad tuvo que comprender, que el destino de las almas no puede ser cambiado y que ninguna fuerza en el universo podía alterar el curso de las almas destinadas a partir. Desde entonces, Arianna llevó consigo el respeto hacia la Muerte, entendiendo que el tiempo de cada uno en este mundo es limitado, y que solo nos queda amar y recordar a quienes ya han partido. Y así, aceptando el destino de las almas con humildad y gratitud, siguiendo adelante en su camino, sabiendo que la Muerte es solo el principio de un nuevo y misterioso viaje hacia la eternidad. Arianna tenía que aceptar el destino con valentía y paz en su corazón ya que no era su culpa, la vida y la muerte son parte de un ciclo natural. Siendo la muerte inevitable, aprendiendo que lo que no le podrían quitar era el amor y los recuerdos que perduran para siempre, consolando el alma de aquellos que se quedan atrás. Arianna llevaba viviendo con Fabián 7 años. Juntos tenían dos hijos, una niña de 7 años y un niño de 10. Arianna siempre se había entregado por completo a su familia, sacrificando sus propios deseos y necesidades en favor de sus seres queridos. Sin embargo, con el paso del tiempo, comenzó a sentirse cada vez más sola y frustrada en su relación. La rutina del día a día la había consumido por completo. Se levantaba temprano para preparar el desayuno de la familia, llevar a los niños al colegio, limpiar la casa, hacer la compra y atender las necesidades de Fabián. A pesar de que tenían 7 años juntos no estaban casados. Lo del casamiento no era una prioridad para ella, no lo queria y menos en estos tiempos. Ella pensaba que era injusto que al casarse a la mujeres. Se le quitaba el apellido materno para poner el del hombre ¡Siempre el del hombre! Para Arianna era poner a la mujer como propiedad—¿por qué? Propiedad de otro hombre. Ya que en su caso la que siempre habría estado con ella era su madre. Su padre la abandono hace años y ella seguía con su apellido algo que nunca le sirvió de nada ya que era su mamá la que la había sacado adelante, pero la sociedad es así, una doctrina impuesta desde hace millones de años atrás, las mujeres siempre tratadas como una propiedad del hombre. Y no era la más indicada para dar ejemplo de sociedad. Ya que ella se encontraba en una relación fatigada por la rutina. Fabián, por su parte, también se había sumido en la rutina y cada vez prestaba menos atención a Arianna. Había olvidado los pequeños detalles que alguna vez habían hecho de su relación algo especial. Ya no le decía lo mucho que la quería, ni le dedicaba tiempo para salir juntos o simplemente conversar. Ya para ir a trabajar como de costumbre Fabián se levanta y abre la puerta de su dormitorio va al baño se ducha se cepilla y se viste como todos los días. —Arianna está preparando todo como de costumbre incluyendo a los niños. Haciendo la hora en que el transporte busca a los niños.
—Arianna se despide de los niños y ve como se marchan.—luego entra a su casa y empieza a lavar los trastes.—cuando es interrumpida por Fabián que le dice:
—Fabián— ¿la comida está lista?
—Arianna sarcásticamente contesta. Buenos días cariño ¿como dormiste? Yo bien gracias a dios.
—Fabián— no estoy para estupideces.
—Arianna—¡ni yo para tu mala educación!
—Fabián—no empieces ya me voy. A tus amigos de la universidad si los tratas mejor que yo.
—Arianna—mis amigos de la universidad no son tan ogro y mal educados ¡cómo tú!
Fabián toma su comida abré el portón de la casa y prende su auto y se marcha. Si así era la relación de Arianna desde que decidió retomar sus estudios. Con el pensamiento de solo progresar y no ser solo una ama de casa. Su relación se empezó a torna en bases de inseguridades y conflictos que cada vez se hacian peores.
—Arianna se arregla para ir a la universidad donde pasa gratos momentos con sus compañeros saliendo de la rutina. Llegando a casa justo a tiempo para recibir el transporte que dejaba a sus niños en casa, los cambia y hacen las tareas, organiza todo de nuevo dejando todo limpio. Se dispone a descansar un rato mientras los niños ven la televisión. —Arianna—Me estoy relajando lista para dejarme llevar por los brazos de Morfeo y empiezo de pronto a sentir una sensación de como me están sacando de mi cuerpo. Esa electricidad incómoda donde trato de despertar pero no puedo. Trato de hablar pero tampoco puedo. Entonces lo entendí rápido ¡estaba en una parálisis del sueño! —Me pasaba cada cierto tiempo pero últimamente me estaba pasando más seguidos. La sensación de estar atrapada en mi propio cuerpo, sin poder mover ni un solo músculo, me invade siempre de terror. Intenté gritar, moverme, cualquier cosa que me sacara de esa terrible situación, pero todo es en vano. Ya era mas seguido, hace dos noches atrás había sido igual. ¿Y ahora en plena luz del dia me pregunto que me pasa? No me es posible dormir bien o relajarme demasiado. Empiezo a sentir un frío acompañado de un vacío.—¿como salgo de esto? es más intenso que de costumbre, de repente salgo de mi cuerpo. Veo que estoy recostada en mi cama inmóvil—veo a través de las paredes y mis niños están viendo aún televisión ¿Que es esto? Me acerco a mi cuerpo para tratar de despertar y soy absorbida por el, empiezo a moverme y creo que voy a despertar al fin. Abro los ojos y veo un espectro negro, como una sombra sin rostro y sin ningún parecido a algo humano. Siento pánico de nuevo y esa sensación de vacío, no puedo moverme. Tengo mucho miedo y cierro los ojos y escucho que me empiezan a llamar ¡ despierta! ¡despierta! —¡mami mami!—hasta que siento que me estrello y me golpeó muy fuerte y es cuando despierto.—Mi hijo llamando:
¡Mami al fin despiertas! Mi hermana y yo queremos jugo ¿nos hace?
—Me levanto cansada cómo si de verdad me caí de una altura considerable—me levanto desconcertada y mirando al vacío con la sensación aún en mi cuerpo.
—¡Mami queremos jugo por favor!!
—Me levanto paso a paso y empiezo a sentir mi cuerpo pesado.—hago el jugo con la mente en blanco.—sumergida totalmente en mis pensamientos me preguntó.
—¿Que Rayos fue eso?
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< Arianna>
Léelo las veces que sea necesario: "Yo creía que la comunicación era la base de todo, pero al final es la comprensión, porque puedes decir todo lo que quieras, pero si alguien no está dispuesto a entender, seguirá siendo un caos". "Las relaciones que tienen éxito no resultan de la unión de dos seres iguales, sino de la unión de dos seres que saben ceder y llegar acuerdos."
