¿Por qué es tan rara?
¿Por qué se tapa los brazos?
¿Por qué nunca habla?
¿Por qué no deja que la toquen?
¿Por qué mueve mucho las manos?
¿Por qué oculta su cuerpo con ropa ancha?
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«No pasó a mayores, deja el drama»
«Estás llena de cicatrices e...
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30 de agosto del 2022
Alexa.
Los dias siguen pasando. He ido a la casa de Ly y, hasta me he quedado con ella —más nerviosa que quien sabe —, conocí a sus padres y son buena gente, no me cayeron mal. A veces me topaba con Evans, pero lo único que hacíamos era pelear por cualquier cosa.
Hemos salido al parque juntos varías veces —Lily, Connor, Liam, Olivia, Evans y yo —. Comíamos y corríamos por todo el césped. Me gustó vivir esa experiencia, los he conocido más. Como siempre, nos vamos juntos y nos venimos juntos del instituto.
Pero, sigo sobrepensando las cosas y haciéndome daño. Algo que he notado, es que Evans me mira mucho, de una manera que no sabría como explicarla. Con Lily cada día somos más unida. Aún sigo con miedo de que se aburran de mi.
Con ellos estoy bien, con otras personas me dan ganas de desmayarme. Mami Nina ya los conoce y dice que está muy feliz que tenga amigos.
Hoy el tiempo está muy nublado. Va a llover, es obvio. Estoy acostada en la cama de Ly boca arriba. Ella está en su escritorio.
—¡Carajo! —se quejó. Se está pintando las uñas pero a veces se chorrea. Suspiro. La ventana está húmeda por el frío y hoy es viernes.
La puerta se abre y Noah me sonríe.
—Hooooola —entra a la habitación y se lanza a la cama.
Lily se gira hacia él.
—¿Qué haces aquí? —el rubio pequeño rueda los ojos.
—Vivo a aquí. Duh —ella bufó y sigue con lo suyo. Me levanto y Noah se quejó.
—Voy a tomar agua —le explico y asiente a regañadientes.
Salgo de la habitación y voy a la cocina. Aún tengo pena de estar en la cocina sola. Ly me dice que me sienta como en casa. Los padres de ella no están, me dijo que trabajan mucho.
Al llegar a la cocina me sirvo un vaso de agua. Escucho la puerta de la entrada abrirse y cerrarse, me asomo y veo a Evans mirando su teléfono con el ceño fruncido.
Levanta la mirada y me mira. Dejo de mirarlo y me tomo mi vaso de agua. No obstante, tengo a él rubio en frente de mi, sonriendo.
—Vaya. Hola, torpe —me saluda.
Ruedo los ojos.
—Hola, rubio.
Lavo el vaso, lo seco y guardo. Me sequé las manos también. Le paso por un lado a Evans y camino al pasillo, pero su voz me detiene.
