22 Wonwoo

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Tener un lobo en casa era complicado. Se transformaba por las noches y después me aventaba de la cama con sus patas traseras cuando dormía. Llenaba mis ropas de pelos, y luego yo tenía que decir que mi nuevo gato era un encimoso.

Mamá no sospechaba nada. O si lo hacía no lo decía. No hablaba de eso ni siquiera cuando los ojos de Mingyu brillaban dorados.

—¿Sigue dormido? —me preguntó ella cuando entré a la cocina. Yo solo asentí—. Me agrada, ¿sabes? Me recuerda un poco a tu hermano.

No me gustaba hablar de mi hermano así que me quedé observando el tazón de cereal que me acababa de servir.

—¿Cuántos años tiene?

—Cumplirá mi edad en un par de meses —dije.

—Ah, se ve mucho menor. Aunque es más alto que tú —se burló ella, y después se rió. Me gustaba cuando reía, cuando papá estaba en casa procuraba ser más seria.

Giré un poco cuando sentí una mirada en mi espalda. Mingyu se asomaba con timidez y nos veía a ambos. Sus ojos brillaban de nuevo, pero mamá seguía sin decir nada.

—¿Quieres desayunar? —ofrecí yo.

Mingyu nunca le decía que no a la comida, así que se paró a mi lado y también se sirvió un tazón de cereal mientras hablaba con mi mamá.

Hunt me / minwonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora