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Alguien llamó a la puerta sacándole de sus pensamientos. No tenía intenciones de responder, pero algo en su interior le animó a hacerlo. Al abrir la puerta observó a un hombre, aquel que le hacía perder el juicio. 

Se veía increíble como siempre, y el perfume a su alrededor provocó cosquillas en su interior. Aki cerró con fuerza la puerta y puso el seguro en ella.

El menor quedó estático por un par de segundos, pero reaccionó rápidamente al sentir las manos de Aki sobre sus hombros.

—Espera, ¿qué haces? — pronunció alejándose con fuerza, pero Aki le detuvo y lo atrajo hacia él, rozando así ambos cuerpos.

—¿Confías en mí? —preguntó serio.

—¿¡Qué es todo esto, acaso quieres morir!?

Aki podía explicarle que eso no sucedería pero prefirió hacerle creer que sí. Tal vez porque tenía el libido por los cielos y pensar en que de verdad moriría resultaba más excitante.

—No me importaría si estuviera a tu lado.

—¿Qué rayos dices?

—No puedes ocultarlo. He visto como me miras, ángel.

Ángel intenta negarlo pero su débil cuerpo no se lo permite, justo ahora no sabe si todo eso es una broma, de ser así, ese también sería el motivo faltante para terminar con su existencia, porque no podría vivir con una humillación como esa.

—Sé que tú me deseas. —dice finalmente acariciando los cabellos del contrario, el cual sigue sin pronunciar palabra alguna.

—aki...

—Y creo que yo te deseo también.

Esas palabras le perforan el corazón, y se hunde en su paranoia una vez más, dejando al pelinegro en un suspenso que parece eterno.

—...

—Solo dime, por favor, ¿confías en mí?

Aki se muere de ganas por escuchar una respuesta porque sabe que no podrá contenerse más. Quiere hacerlo de forma correcta pero la espera lo está torturando, es entonces que decide buscar en otro lado igual de confiable.

El rostro enrojecido del contrario y su alta temperatura terminan por darle el que hacía mucho que estaba esperando. Aki actúa finalmente y toma a ángel en sus brazos hasta llevarlo a su habitación. La cual es levemente iluminada por un farol de luz naranja que se encuentra en el centro.

Aki deja que ángel se ponga de pie y queden de nuevo cara a cara. El menor no es capaz de aguantar la mirada de su amado, e inclina su cabeza con vergüenza, pero este toma su mentón forzándolo a verle.

—Sabes que... aún puedo marcharme. —dice en señal de amenaza, ángel se preocupa ante aquel hecho pero se mantiene en silencio hasta que el pelinegro se aleja y camina lentamente hacia la puerta.

Ángel no tiene mucho tiempo así que concluye que no hay manera de que Aki muera, confiando ciegamente en él. Y sin darse cuenta hace lo que hace unos días no comprendía, dejarse llevar.

—No, no te vayas.— implora tomando de su brazo. Aki está de espaldas mostrando una sonrisa llena de malicia, y sabiendo que podrá hacer lo que él desee. —Por favor, Aki, quédate.

—¿Estás seguro? Soy peligroso en este momento. —admite dándose la vuelta y lanzando una mirada amenazante en todo sentido.

—Sí, sí...

—¿Sí qué?

—Quiero que te quedes...

—Dilo de nuevo

"𝐄𝐥 𝐩𝐫𝐨́𝐱𝐢𝐦𝐨 𝐯𝐢𝐞𝐫𝐧𝐞𝐬" ━━ Aki x Angel. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora