02

1.5K 219 12
                                    

Jungkook

Escuche el impacto y observe cómo el pavo al que estaba apuntando se dispersaba junto con todos sus hermanos. —Mierda. —Dejo caer mi puntería y a través de los árboles miro hacia el camino principal que lleva a Frozen Falls.

Por un momento, considero darme la vuelta, caminar de regreso a mi camioneta, ponerla en marcha y regresar al albergue. Permanecer escondido tiene sus ventajas, especialmente para un hombre como yo. Caminar hacia la carretera podría significar más problemas de los que vale la pena, especialmente si se trata de algo más nefasto que un simple accidente. Nadie ha venido a buscarme en los dos años desde que llegué a Frozen Falls, pero eso no significa que nadie lo hará nunca.

Me pongo el rifle sobre el hombro y miro hacia arriba mientras el sol se asoma detrás de la ola de nubes de tormenta. El primer frente se está moviendo hacia afuera, pero el verdadero fabricante de nieve viene justo detrás de él. Si la gente en el camino resulta herida, morirá en la segunda tormenta. El frío los alcanzará antes de que lleguen a la ciudad.

Con un gemido de profundo descontento, camino penosamente hacia el claro donde el pavo estaba acurrucado, luego sigo cruzando una montañita y bajando hasta que puedo ver la carretera. Un todoterreno blanco está encajado contra un pino. Puedo ver movimiento en el interior.

Moviendo una mano hacia la pistola a mi lado, me acerco sigilosamente. Algo en la nieve me llama la atención. Inclinándome, encuentro huellas. Grandes.

Maldita sea, Winnie. Me paro de nuevo y maldigo al gran lince blanco al que le gusta correr en estos bosques, jugar en la carretera y hurgar en mi basura. Parece que también le gusta causar accidentes automovilísticos.

—¡No lo sé! —Escucho la voz de un chico cuando se abre un costado del SUV. —No puedo ver mucho. Jimin, ¿Estás despierto? —Él se inclina hacia atrás en el auto, su bonito trasero en exhibición. —¿Debería pedir ayuda? No he tenido señal en una hora o más. ¡Jimin! Vamos despiértate.

Un gemido sale del coche.

—Si, vamos. ¡Despierta, despierta, huevos y tocino!

—No hagas promesas que no puedas cumplir. —Otro gemido.

Me detengo y miro al chico del culo redondo. Mi polla comienza a actuar mal, pero la ignoro. Estas personas necesitan ayuda, y aunque no soy exactamente el tipo de hombre que quieres que te ayude cuando estás varado en una tormenta de nieve, aquí estoy. Cuanto más miro al rubiecito, más duro me pongo y más interesado estoy en exactamente cómo se desarrollará esto. ¿Cuánto tiempo hace que no hablo con un chico que no sea Jaehyun en el supermercado o con Yugyeom en el Tiny Diney?

El movimiento en los árboles me llama la atención, y miro hacia la montaña al otro lado de la carretera. Levanto el rifle y utilizo la mira telescópica para ver el área. Winnie, ¿Estás ahí arriba? Susurro, mi aliento se convierte en vapor en el aire helado. No veo al gato, pero puedo sentir ojos sobre mí. Escaneo la cresta, buscando lo que me llamó la atención, pero no hay nada.

Dejo caer el rifle a un lado de nuevo, luego resbalo por la pendiente, me agarro a un árbol con facilidad y luego salto al camino helado.

Cuando me levanto, el rubio me mira fijamente, con los ojos y la boca abiertos. Qué bonita imagen. Sus labios son rosados, sus mejillas aún más rosadas, y veo que tiene un buen frente para ir con el culo regordete. Maldita sea, qué chico tan bueno.

—Nosotros, eh, nosotros… —Parpadea y empuja sus lentes hacia arriba, los marcos rosados solo resaltan la suavidad del resto de él.

—Había un gato. —Gruñe alguien dentro de la camioneta. —Uno grande.

—¿Estás bien? —Camino hacia el bonito rubio.

—Golpeamos el árbol. —Dice aturdido. —Luego saliste del bosque. Y Jimin está herido.

—Estoy bien. —Contesta.

El rubio se vuelve. —No, no lo estas. El auto está dañado y tú te golpeaste.

—¿Seokjin? —Él pregunta.

—Estoy bien. Pero creo que pude haber perdido mis Airpods. —Refunfuña alguien más.

—¿Tres de ustedes? —Pregunto.

El bonito rubio asiente. —Estábamos tratando de llegar a Frozen Falls, pero nos perdimos en la tormenta.

Me acerco aún más y obtengo el más mínimo aroma de algo dulce. Como vainilla, o la guinda de un cupcake con chispas.

—Soy Jungkook. Te llevaré a Frozen Falls.

—No lo sé. —Él se retuerce las manos. —Quiero decir, acabas de salir del bosque y no te conocemos.

Miro hacia arriba. —Odio decirlo, pero no tienes muchas opciones. Se supone que el próximo frente de tormenta golpeará en una hora. Necesitamos llegar a un refugio.

El motor gime y trata de girar, luego se detiene. —Sin opciones. —Dice el que se llama Jimin. —Supongo que tenemos que ir con él, Yoongi.

—¿Yoongi? —Miro hacia sus grandes ojos verdes.

—Si. —El rosa en sus mejillas se profundiza aún más. Siento una extraña necesidad de acariciar su mejilla, solo para poder sentir lo suave que es. Que agradable.

Me aclaro la garganta y trato de alejar los pensamientos fuera de lugar. —Necesitamos ponernos en movimiento. Toma solo lo que puedan llevar. Mi camioneta esta a un cuarto de milla, tal vez un poco más. —Él mira al cielo con indecisión en sus ojos.

Ese impulso golpea de nuevo, y esta vez me rindo y presiono mi palma contra su mejilla.

Sus ojos se abren con sorpresa.

—Puedes confiar en mí, Yoongi. ¿Bueno? Nunca te lastimaría.

—Manos fuera extraño hombre del bosque. —Jimin se sube al asiento del pasajero, luego sale y me lanza una mirada cruel.

—Lo siento. —Dejo caer mi mano y doy un paso atrás. Pero no me pierdo la forma en que Yoongi se lame los labios. Y definitivamente no me pierdo la forma en que él no toma aire hasta que rompo nuestra mirada.

snow 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora