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Yoongi

Me acuesta en el centro de su cama de la misma manera que lo había hecho antes. Miro como se quita la camisa y sus pantalones revelando su ancho pecho y muslos gruesos. Me lamo los labios al verlo en solo sus calzoncillos. No echo de menos el contorno de su erección. El hombre se mira como un maldito dios. No es de extrañar porque nos salvó a todos tan fácilmente.

Me apoyo sobre mis codos para verlo mejor. Mientras todo su cuerpo está musculoso a la perfección, todavía puedo ver las cicatrices que marcan partes de él. Lo que me dice que no ha tenido una vida fácil. Algunas de las marcas son tenues y parecen haberse desvanecido con el tiempo, pero algunas siguen siendo muy prominentes. No puede ocultarlos a todos como lo hacemos muchos de nosotros. Mis dedos pican por tocarlas. Como si mi toque pudiera calmarlas o quitarle cualquier recuerdo que tuviera de tenerlas.

Me dijo que era un mal hombre. Pero, ¿Qué tan malo podría ser cuando nos salvó a todos? Los hombres malos no salvan a la gente. Ellos tampoco te hacen sándwiches y tampoco te los cortan en pedazos diagonales. No se que clase de malo Jungkook cree que es, pero estoy más que bien con eso. Al menos creo que lo estoy. Mi sexo está pensando por mí en este momento.

Cuando mis ojos se encuentran con los suyos, todo lo que veo es hambre y necesidad. También había estado allí la última vez. Él baja sobre mí y le pongo las manos en el pecho para detenerlo.

—La última vez que me tuviste desnudo en tu cama, me abandonaste. —Intento mantener la emoción fuera de mi voz. Normalmente soy bastante bueno haciéndolo, pero con él no tanto.

—Te lastimé. —Él exhala. Sus ojos se cierran por un momento. —Me dije a mí mismo que necesitaba ponerme en contacto con los demás para asegurarme de que todos estuvieran bien. Que necesitaba traerte comida. Pero creo que me estaba volviendo loco para ser honesto contigo, Yoongi.

—Siempre puedes ser honesto conmigo. —Paso mis dedos por su espalda desnuda. A medida que avanzo, siento más de esas cicatrices.

—Si te dijera todo, estarías tratando de salir de aquí lo más rápido que pudieras.

—Soy un corredor terrible. Estoy seguro de que me atraparás. —Yo sonrío.

—Puedo prometerte eso. Siempre te atraparé. —Se inclina y besa mi cuello antes de comenzar a dejar un rastro de besos. Por mucho que quiera su boca en todas partes, la necesito más entre mis piernas. El dolor parece empeorar. Aunque ya me dio orgasmos múltiples antes, mi cuerpo quiere más. Me dió una probada del placer que podía brindarme y me hizo codicioso. Lo quiero todo ahora.

—Jungkook, te necesito. —Susurro su nombre, suplicándole que haga desaparecer el dolor. Levanto las caderas de la cama, tratando de conseguir la fricción que necesito. Siento su mano bajar para agarrar mi cadera, manteniéndome en mi lugar. Dejo escapar un jadeo que pronto se convierte en un gemido cuando se lleva mi pezón a la boca.

Enredo mis dedos en su cabello mientras le veo darle a mis pezones atención. Te juro que podría correrme solo con mirar. Pasa al siguiente. Intento de nuevo mover mis caderas, necesitando desesperadamente correrme. El hombre está hecho de músculos sólidos y me doy cuenta de que no iré a ninguna parte a menos que él me lo permita. Eso debería asustarme, pero no es así. Cuando se trata de Jungkook, tener miedo es lo último que siento.

Por loco que parezca, estar cerca de él se siente como si hubiera vuelto a casa. Hubo un vínculo instantáneo que se formó entre nosotros cuando confió en mí para liderar el camino. Que tenía fe en mí de que podía hacerlo.

—No hay vuelta atrás ahora, ya sabes. —Su voz es profunda y retumba en su cuerpo. —Si te tomo, nunca te dejaré ir. Demonios, no estoy seguro de dejarte ir de cualquier manera.

—Tómame. —Me agacho entre nosotros. Me ayuda a liberarlo de sus bóxers. Envuelvo mi mano alrededor de su polla. Deja escapar un gemido ahogado que me hace bombearlo rápido. Una de sus manos envuelve mi muñeca para detenerme.

—Ponme dentro de ti. Quiero correrme dentro de ti no sobre ti.

Puedo sentir que me sonrojo por su comentario, pero no me alejo. En este momento, me siento sexy y deseado. Los ojos de Jungkook están siempre en mi, como si fuera el único chico que ve. No solo me hace sentir bonito o sexy. Me hace sentir poderoso.

Lo alineo con mi coño.

—Joder, estás mojado para mí. Quiero tu sabor en mi boca antes de hundirme en tu coño.

Clavo mis dedos en su hombro, deteniéndolo. —Te necesito en mí, Jungkook. Necesito que seas el hombre que tome lo único que nunca le he dado a ningún otro. —Sus ojos se abren por un momento en comprensión. Luego se oscurecen.

Presiono el extremo de su polla contra mi abertura. —Hazme tuyo.

—Ya eres mío. —Su boca choca contra la mía mientras empuja dentro de mí. Siento una pizca de dolor pero no es nada comparado con lo que él me hace sentir. Por fin pertenezco a alguna parte.

Sigue besándome mientras empuja hacia adentro y hacia afuera. Ambos nos corremos, gritando los nombres del otro. Jungkook sigue presionando. Su polla todavía dura dentro de mí. Veo la necesidad en sus ojos de hacerme llegar al orgasmo tantas veces como pueda. Y lo hace hasta que el sueño me lleva. 

snow 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora