Capítulo 64

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Alejandra

Mis ojos se fueron abriendo lentamente, sentí cómo si un camión hubiese pasado encima mío. Moví mi cabeza hacia la derecha y me di cuenta qué Michael estaba durmiendo en el pequeño sillón en forma fetal ¿hace cuánto tiempo ha permanecido ahí? no lo sé, pero lo que sí sé es qué milagrosamente me encontraba viva.

- Michael.. - decidí llamarlo ya qué no me aguantaba las ganas de verlo. - Michael.. - lo volví a llamar y está vez logré despertarlo.

- ¿Nena? - su voz se escucha adormecido, al verme qué tengo los ojos completamente abiertos, él se puso de pie cómo "flash." y se acercó rápidamente hacía mi.

Pude percibir sus grandes ojeras, no sé por cuánto tiempo no ha podido dormir y lo veo más delgado, luce bastante descuidado.

Su frente choca con la mía y noto sus lágrimas caer sobre sus mejillas, sus manos aprisionan mi rostro y yo hice lo mismo con él, las puse sobre su cabello para apretarlo más contra mí, creí qué ya no volvería a verlo, creí qué ya no vería su preciosa carita, escuchar su voz, sentir sus labios y sus caricias, creí qué ya no iba volver a verlo nunca más.

- Despertaste amor, despertaste.. - me dice con su voz totalmente derrotada y rota. - Creí qué ya no ibas a despertar mi amor, creí qué iba perderte.. Tuve mucho miedo pequeña, tenía miedo de perderte y pensaba cómo quitarme la vida.

- Lo lamento tanto.. - lloré con él, mi vista se me nubló por mis lágrimas así qué en cualquier momento me echaría a llorar también. - Pensé qué iba a morir y ya no los volvería a ver..

- No.. No lo lamentes, yo lo siento.. Te descuide mi amor, no supe cuidarte.. Si tan solo te hubiese escuchado nada de esto estaría pasando cariño mío.. - sus dedos aprietan mis mejillas. - No vuelvas hacerme esto, no quiero que te alejes de mí.. Si decides irte llévame contigo porque sin ti.. No soy nadie Alejandra.

- No digas eso bebé, no digas eso.. Hubieras pensado en nuestros hijos.. Ellos te necesitan.

- No me digas qué piense en ellos si no te hubiese tenido a ti, sin ti no soy nada Alejandra, no podría vivir sin ti y tampoco lo quiero.. Eres el aire qué respiro, por ti sigo de pie, por ti sigo luchando, por ti sigo vivo.. Pensé lo peor Alejandra, creí perderte..

- Pero no me fuí, luche por mi vida por ti y por mis hijos, sentí morirme pero no dejé que la muerte me llevará por ustedes.. Son el tesoro más grande que tengo en la vida.

Los dos lloramos entre lamentos, no pudimos despegar muestras frentes, no queríamos separarnos ya qué ambos pensamos lo peor, en no volver a ver nuestros rostros jamás.

Me besa con exigencia y yo le seguí el ritmo ya que ambos nos echamos de menos, me besa en forma dramática como sólo en las telenovelas se besan los protagonistas. Mezclamos nuestras lenguas cómo una batalla de boxeo, ambos peleamos ya que los dos queríamos devorarnos y meter nuestras lenguas en la boca.

El doctor vino a verme, chequeo mi pulso y mis heridas, con una sonrisa me dio la bienvenida devuelta a la vida. Le dió la noticia a Michael que me iba a recuperar, él sonrió por los cielos abiertamente y está vez lloró de felicidad.

Pasaron a verme varias personas, les dieron el permiso para hacerlo. En la habitación se encontraba Stephanie, Glenda, Brenda y Elizabeth, eran mis amigas más cercanas.

Forbidden loveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora