Adela

capitulo 11

Adela:

Los días fueron pasando y cada día que pasaba me sentía peor. Me llevaron al médico para hacerme una revisión y dijeron que no encontraron nada malo que solamente necesitaba descansar al parecer no estaba durmiendo bien con las pesadillas que tenía incluso deje de comer. No tenía apetito para nada.

Me quede una semana en reposo. No veía a nadie ni nadie me venía a visitar, de todas formas, muchos amigos no tenían y yo la escuela la había dejado como hace un año por temas del asesinato de mi familia. Seguramente me dejen volver el año que viene pero tendría que volver a dar todas las materias que no di este año, eso ya lo vería cuando vuelva.

Me sentía muy cansada seguramente la pastilla que le mandaron a comprar los doctores a mi abuela hacia que me sintiera cansada por lo que unos segundos más tarde se me cerraron los ojos y caí en un profundo sueño.

Un fuerte golpe me despertó de repente provenía de la cocina, me levanté como pude de la cama y agarrándome de las cosas que se me cruzaban me fui desplazando por la habitación hasta llegar a la puerta y abrirle así fui haciendo hasta llegar abajo y ver que estaba sucediendo ¿No había nada? Esto ya era raro. Me adelante unos pasos más y grite para que me escucharan mis abuelos, nadie me escucho.

-Estoy loca- Susurré para mí y me di vuelta para volver a mi habitación a acostarme.

Me quede paralizada cuando note a una persona entrando a mi habitación, pero no reconocía quien podría ser. Esto ya me estaba asustando a veces me ponía a pensar si estaba una pesadilla o era la vida real.

《¿Por qué esto me está pasando a mí?》

- ¿Quién eres? - No hubo respuesta. Supuse que se había ido, pero para estar segura me armé de valor y subí dando pequeños pasos silencios.

De pronto un fuerte dolor de cabeza impidió que siguiera caminando, mi cabeza no dejaba de palpitar cada vez el dolor era más fuerte, esto nunca me había pasado antes. Comencé a retroceder paso por paso hasta llegar abajo nuevamente no me sentía bien mi cabeza estaba por explotar en cualquier momento.

Dios, mi cabeza...

Me dolía...

Me empecé a marear mi vista se tornó negra y mis piernas no dejaron de temblar 《¿Qué me está pasando?》

Me agarre la cabeza con fuerza. No podía aguantarlo más, sentía que en cualquier momento iba a desmayarme.

-Me duele...- Murmure para mi mientras me caían lagrimas por mis mejillas.

De pronto algo paso, unos brazos me envolvieron tratando de que pueda contener la calma. 《¿Quién era?》 pensé.

-Estoy aquí, aguanta un poco. 《¿Noah?》

- ¡Ah! – Nunca había gritado tan fuerte como esta vez hasta me dolían los oídos.

-Estoy aquí tranquila...Respira.

Escuchar esa suave voz logro calmarme pero no logre tener los ojos abierto mucho tiempo. Lo único que pude ver fue la cara de ese chico antes de caer en la tierra de la oscuridad.

Poco a poco fui despertando, estaba confundida ¿Qué hacía en mi cama? ¿Cómo llegue acá? De pronto un doctor entro con mis abuelos a la habitación quise levantarme pero el dolor de cabeza me lo impuso.

-Abuela ¿Qué hace el doctor acá?

-Estabas desmayada en el piso Adela cuando me acerque a las escaleras- Osea que estaban en la casa- Me asustaste mucho.

- ¿Desde cuándo estaban en la casa?

-Siempre estuvimos.

-Pero... pero... El hombre que entro a mi habitación y mis gritos y el chico que estaba ahí conmigo – Me miraron con confusión 《¿Creían que estaba loca?》 - ¿No vieron nada de eso?

Al decir eso el medico los llevo para afuera y interactuó con ellos.

Al volver cerraron la puerta detrás de ellos y se sentaron en la punta de la cama.

- ¿Qué sucede?

-Adela... No estás bien y no podemos dejar que sigas así.

- ¿Qué quieren decir?

-Lo que estamos diciendo es que lo mejor sería que te internemos unos días en un psiquiátrico.

- ¿Piensan que estoy loca? –Empecé a alterarme – ¿Me van a encerrar porque piensan que por todo esto que me está pasando dicen que estoy loca?

- No chiquita solo es por tu propio bien –No quería escucharlos, no quería escuchar a nadie. Por lo que sin pensarlo me levante de la cama y corrí como pude para salir de ese lugar que se suele llamar hogar que para mí ya no lo era.

- ¡Adela! ¡Vuelve aquí!

Continúe corriendo como pude sin que nadie me pueda detener. Logre salir de la casa y no pare de correr hasta estar lo más lejos y que no puedan verme ni oírme. Mientras caminaba por la calle comencé a pensar a donde iba a ir. A donde me iba a quedar o que iba a comer de lo rápido que me fui no pude agarrar ni un poco de dinero para comprarme algo de comer por lo que no tenía ni la menor idea que iba a hacer. Todavía no llegaba la noche, pero ya estaba viniendo incluyendo el frió.