capitulo 14

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Adela:

A la mañana siguiente me desperté con jaqueca. Noah ya no estaba en mi habitación y al parecer no había nadie por lo que se sentía vacía la casa. Intente levantarme de la cama, pero el dolor de cabeza que sentía me lo impidió 《¿Qué me estaba pasando?》Probé por segunda vez y volví a recaer. Vi que mi teléfono estaba apoyado en mi mesita de luz por lo que me acerque a él y lo agarre para llamar a mi abuela, ella no contesto probé nuevamente y no dio resultado esto ya me parecía raro.

Busque el número de Noah y le marque, al tercer tono me respondió. Lo notaba decaído como que si antes de llamarlo hubiera pasado algo tenía miedo de preguntarle y que se enojara conmigo, pero la ansiedad que tenía hizo que abriera mi bocota para preguntarle que le sucedía. –Noah ¿Te sucede algo? - Que pregunta más estúpida Adela podías empezar con un ¿Estas bien? O ¿Cómo estás? La llamada quedo en silencio - ¡Noah! ¡Me escuchas!

-Adela no puedo hablar ahora... Perdóname.

En cuanto termino de hablar corto la llamada. Sentía como que, si estuvieran jugando conmigo, esto ya me estaba haciendo enojar bastante.

Pase toda la tarde intentando comunicarme con Noah, parecía algo molesto el hacer eso, pero no me importo yo continué con mi misión. Llego la noche y no pude encontrar rastros de él. Estaba preocupada.

Estaba en mi habitación caminando de una esquina a otra sin parar, no podía quedarme quieta sabiendo que algo podría a verle pasado. Se hizo la media noche para salir de mi habitación a escondidas estaba totalmente oscuro y no había ni una persona en la calle. Camine por más de una hora necesitaba despejarme un poco y esta hora era de mis favoritas llegue a un parque y al encontrar una banca me senté. Comencé a ver a mi alrededor, me sentía observada. Me tense.

Me pare lo más rápido que pude y comencé a caminar lejos, empecé a escuchar pasos detrás de mí acelere el paso y no pare en ningún momento. De tanto correr me perdí no sabía dónde estaba, segui el camino que me llevo a una casa. Parecía abandonada me acerque sin miedo a lo que me podría pasar, al llegar a la puerta toque sin pensar dos veces nadie contesto, toque otra vez hubo el mismo resultado por lo que decidí irme pero al darme media vuelta alguien abrió la puerta. Era una chica bajita, con pelo castaño y ojos marrones.

-Disculpa... ¿Quién sos? - Tenia una voz muy dulce, no hablaba muy alto por lo que me costaba un poco escucharla.

-Hola, soy Adela perdón que toqué la puerta de esa manera es solo que me perdí y no se volver a mi casa.

- ¿Quieres pasar y en cuanto salga el sol te ayudo a volver a tu casa?

- De acuerdo, muchas gracias.

-De nada y por cierto me llamo Clara- Ella me invito a pasar y yo accedí –Un gusto conocerte Clara- Ella asintió.

Su casa no era muy grande, pero para ella sola le iba muy bien. Me senté en el sillón y me acosté, a los dos segundos cerré mis ojos y me dormí.

En cuanto me desperté empecé a escuchar voces que provenían de la cocina me pare y fui a paso lento para que no se escuchara. Al ponerme contra la pared la vi a Clara con un chico que no podía reconocer quien era. Estaban hablando de algo que no llegaba a escuchar que era quise irme, pero un simple ruido hizo que se dieran vuelta los dos provocando que me miraran atentamente.

-Perdón, no quería escuchar solo venía a buscar un vaso de agua- El chico de ojos grises no me sacaba la vista de encima inclusive yo tampoco. El color de sus ojos me hipnotizó eran hermosos.

-Creo que el vaso de agua era una excusa para decir que no nos estabas escuchando- El hablo – Soy Liam... Un gusto conocerte...

-Soy Adela y no era una excusa el vaso de agua.

- ¿No era una excusa? – Se rió –Como digas Adela- No note que me estaba mordiendo el labio, pero el si lo noto por lo que al verme se rió eso hizo sonrojarme y al darme cuenta salí de ahí para ir a agarrar mis cosas e irme a mi casa, no podía estar más ahí.

Al abrir la puerta escucho a Liam llamarme

–Eh ¿A dónde vas?

- A mi casa, no puedo estar más acá.

- Y quien dijo que te tenías que ir si nadie te está echando o ¿mi hermana te dijo que te vayas?

- ¿Tu hermana? ¿Clara es tu hermana?

- Si ¿No te dijo?

- No, yo ayer llegué y me dormí.

- Entonces te presento mi casa, bueno mi segunda casa.

- ¿Entonces no es la casa de tu hermana?

- Ahora sí pero antes era mía.

Asentí

- ¿Queres que te acompañe a tu casa?

- No gracias... Puedo sola.

En cuanto abrí la puerta escucho la voz de Clara venir hacia mí.

-Es mejor que te acompañe este sitio es peligroso te lo digo por experiencia.

- Mi hermana tiene razón, déjame que te acompañe- Pensé unos segundos y después asentí.

- De acuerdo- Él sonrió.

Le agradecí a Clara por a verme dejado quedarme en su casa, antes de irme, ella me pidió mi numero por si las dudas para luego decirme –Espero volver a vernos Adela-

AdelaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora