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—¡Harry! ¡Ron!— gritó Anahí mientras corría en dirección de ambos chicos.
—¡Anahí! — gritó Harry acelerando el pasó, él y Ron se veían cansados, bueno, Ron más que cansado parecía traumatizado.
—¿Dónde habían estado? — preguntó la rubia menor a los otros dos
—Fuimos a ver a Hagrid — le respondió Harry — se lo han llevado a Askaban — la niña ahogó un grito. — Pero ahora estamos seguros que él no abrió la cámara.
—Es bueno saberlo— dijo Anahí en un susurró —, pero ¿qué les pasó? ¿Por qué Ron está tan pálido? — preguntó preocupada. Desde que Hermione fue petrificada antes del partido de quidditch, Anahí había tomado su lugar intentando mantener vivos a el par de irresponsables que ahora estaban de pie frente a ella.
—Pues verás... — Harry procedió a contarle a su prima sobre su aventura con aragog y sobre lo que la araña les contó antes de que intentarán comérselos y que el coche volador los salvará.
—Dumbledore ha sido retirado de su puesto de director — añadió Harry al final.
—Myrtle — susurró Anahí.
—¿Qué con ella? — preguntó Ron.
—Ron: la chica que murió. Aragog dijo que fue hallada en unos baños —dijo Harry, entendiendo la teoría de su prima—. ¿Y si no hubiera abandonado nunca los baños? ¿Y si todavía estuviera allí?
—Con la cantidad de veces que hemos estado cerca de ella en los aseos —dijo Ron con amargura—, y no se nos ocurrió preguntarle, y ahora ya ven...
—Bueno, pero las arañas también nos confirmaron otra cosa — reflexionó Anahí.
—¿A sí? — preguntó Ron irónicamente, aún no superaba el incidente.
—Si, que el monstruo indudablemente es un basilisco, el enemigo natural de las arañas, bueno, y que el bosque prohibido realmente debe estar prohibido. — mencionó la rubia con un pequeño escalofrío.
Esa noche el trío de amigos se fueron a dormir con miles de teorías en la cabeza.
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A la mañana siguiente, durante el desayuno, la profesora McGonagall hizo otro anuncio a la clase.
—Tengo buenas noticias —dijo, y el Gran Comedor, en lugar de quedar en silencio, estalló en alborozo.
—¡Han atrapado al heredero de Slytherin! —gritó una chica desde la mesa de Ravenclaw.
—¡Vuelven los partidos de quidditch! —rugió Wood emocionado.
Cuando se calmó el alboroto, dijo la profesora McGonagall: —La profesora Sprout me ha informado de que las mandrágoras ya están listas para ser cortadas. Esta noche podremos revivir a las personas petrificadas. Creo que no hace falta recordaros que alguno de ellos quizá pueda decirnos quién, o qué, los atacó. Tengo la esperanza de que este horroroso curso acabe con la captura del culpable.
