YOU'RE FALLING IN LOVE || SASUNARU

veinte

Konohagakure

Días antes de la carta

—Llévame allí —dijo Tsunade con los ojos muy abiertos.

Se levantó y empezó a caminar con la mirada perdida. Estaba tratando de calmar su respiración, no podía creer lo que le habían dicho.

Llegó junto al jōnin al hospital y siguieron caminando sin detenerse hasta ver la habitación número 33.

Ella abrió la puerta y contuvo la respiración al ver tal escena.

Una chica pelinegra de espaldas arrodillada en el suelo con su bata de hospital ensangrentada llorando desconsoladamente sobre un cuerpo femenino que se encontraba inerte en el suelo, tal vez muerto.

La camilla de hospital con las sábanas desordenadas y manchadas, la ventana que esta a un lado, rota, había fragmentos de cristales por toda la habitación.

Era una propia escena de película.

Cuando reaccionó completamente, se acercó de manera rápida a un lado de ellas.

—Hinata —llamó a la que estaba llorando.

Ella levantó su cabeza hasta mirarla mientras salían lágrimas sin parar aún sosteniéndola entre sus brazos.

—Yo... Yo... —intentaba decir desesperada — No quise hacerlo.

Ella temblaba levantando el cuerpo de la pelo corto. Sus lágrimas caían sobre ella, pensando que la había matado.

Tsunade no se movía, no podía. Estaba quieta como una estatua. No creía lo que veía. ¿Shizune estaba...?

No. No podía. Era una de las pocas personas que le quedaban. No podía dejarla así.

—¡Por favor, ayúdela! —le gritó la Hyūga totalmente desesperada.

Eso hizo que ella volviera en sí y la llevara en brazos hasta la camilla.

Tenía un gran corte en su abdomen del que salía mucha sangre.

Hinata que aún se encontraba en el suelo, tomó sus rodillas y escondió su cabeza en ellas. Su cuerpo temblando cada vez más y las lágrimas no se detenían.

Se decia a sí misma que habia sido un accidente pero, ¿por qué lo hizo? No recordaba absolutamente nada, y cuando recobró la consciencia, ya estaba hecho, Shizune estaba debajo de ella ensangrentada y con una expresión aterrada. Tenía, lo que suponía que era el arma un pedazo de cristal con sangre en él, que seguramente habia sacado de la ventana rota. 

Shizune había perdido mucha sangre, pero todavía había esperanzas de salvarla, o eso creía ella.

Tsunade empezó a curar su herida con chakra, todo el que podía aplicarle. Lágrimas traicioneras cayendo de sus ojos hacia el cuerpo de su más preciada amiga, lágrimas de desesperación que nublaban su vista.

Pasaron cinco minutos que se sintieron como tres horas con los sollozos imparables de la chica y la rubia que también lloraba ligeramente. Se trataba de contener lo más posible para no perder la compostura.

Después de cerrar casi toda su herida, le puso una venda e intentó oir los latidos de su corazón que estaban cada vez más débiles.

—¡Sangre para la transfución! —gritó esperando que alguna enfermera le escuchara pero nadie respondió. Si se iba ella misma a buscarla, podria perderla.

Hinata que se había calmado un poco, entendió la situación y se levantó lenta y débilmente.

—¿Qué tipo de sangre necesita? —pregunto con un hilo de voz.

— O+ pero no creas que vas a ir, estás muy débil.

La pelinegra no le hizo caso y caminó como pudo hasta el banco de sangre de Konoha que quedaba en la planta baja de la estructura.

Las enfermeras que se encontraban ahí la miraron aterradas. No tenía el mejor aspecto. El cabello revuelto, los ojos inchados y rojos y la bata de hospital junto con sus brazos y manos llenos de sangre.

—¡D-dios Santo! —exclamó una de ellas que se había puesto pálida como un papel.

—Sangre... Necesito sangre O+ para la habitación... Treinta... Y tres... —dijo con su último aliento antes de caer boca abajo desmayada en el suelo.

Una de ellas buscó la sangre de inmediato y corrió hacia la dirección que se les dió y la otra la recogió del suelo y la llevó cargada hasta la camilla más cercana.

Las demás fueron corriendo a la dirección que les dijo Hinata, apresuradas junto a la bolsa de sangre.

. . .

—¿Cómo les fué con la transfusión?- le pregunto Tsunade a las enfermeras.

Ellas la habían hecho sentarse en una silla al frente de la habitación porque estaba muy alterada y porque no había dormido los días anteriores por su trabajo.

Una de ellas la miró con pena, se veía muy mal, tenía las ojeras muy marcadas, los ojos rojos por el llanto, su rostro lleno de lágrimas secas y su ropa manchada de sangre y sus propias lágrimas. Ella, que se preocupaba de su aspecto, ahora no le importaba en absoluto porque la mujer que la ha acompañado durante años estaba en peligro de muerte por las múltiples heridas en su cuerpo, por la preocupación, Tsunade no se había dado cuenta que había más de una y que había perdido más sangre de la que todos esperaban.

No muchas personas conocían su pasado. Perdió a su hermano menor y a su novio, los dos amores de su vida. Eso le afectó tanto que en el día de hoy no puede dejar de pensar en ellos y llorar por ellos.

No creía que podía soportar perderla a ella.

La enfermera sacude polvo inexistente de la falda de su uniforme nerviosamente y la mira nuevamente.

—Está muy débil, no sabemos si se recupere. Fué atacada a sangre fría —dice con voz neutra intentando no sonar afectada. Shizune se había ganado el cariño de todas las enfermeras del lugar y como una especie de maestra que les enseñaba cosas nuevas. Era duro.

La rubia apreta sus labios y contiene la respiración.

—Todavía no entiendo lo que pasó, ¿y Hinata? —pregunta sobándose la sien.

—Ella se desmayó después de avisarnos, Misuki la está cuidando —responde tranquila.

—¿Misuki? ¿Quién es Misuki? —pregunta Tsunade con el ceño fruncido.

—La nueva, la que usted contrató —responde confundida.

Cambia la expresión completamente con miedo.

—Yo no contraté a nadie.

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Hello!

Escribir en computadora es difícil, ni siquiera sé poner los acentos ಥ_ಥ. Hice doble trabajo y tuve que corregir en mi teléfono como siempre hago.

HINATA DESPERTÓ. WOOOOOO.

Aunque se desmayó de nuevo, cuenta.

¿Qué creen que pasó antes de que llegara Tsunade?

¿Saben qué? Voy a subirlo de una vez, después lo guardo y se me olvida.

Muak💋

Bai.