La noche de las entradas, Lola no pudo dormir. No sólo por la felicidad intensa que albergaba en todo su cuerpo, sino también, por sus sentimientos respecto a Pablo. Lola no dejaba de estar agradecida con él, sentía que la promesa de darle una casa quedaba muy chica al lado de lo que Pablo hizo esa misma noche por ella. Tenía miedo de estar confundiendo la amistad y el cariño con otra cosa, y sabía que lo estaba haciendo. Lola estaba muy consciente de que Pablo y ella no se trataban como amigos. Le gustaba esa actitud distinta en ambos, y eso le aterraba.
Aún así, era imposible que Lola no se dejase llevar. Sus actitudes impulsivas la cegaban de lo que estaba bien o mal solo para que su alma buscara sentirse satisfecha y calmada. Y lo que sucedía con Pablo no la calmaba en lo absoluto, pero la satisfacía en todos los sentidos existentes.
Al día siguiente se notaba un poco exhausta. Aunque había vuelto a la realidad, su cuerpo seguía guardando esas molestias causadas por el estrés. Decidió faltar ese día al estudio.— Voy a estar bien, de verdad— Le decía Lola a Pablo. Este insistía en faltar al entrenamiento por si ella necesitaba algo—Solamente estoy cansada, no voy a salir de casa y además me acompaña Maradona ¿O no? —Terminó mientras acariciaba al mencionado.
—Si vos decis— Respondió Pablo, mientras tomaba el mate cocido de su taza —Llamame cualquier cosa, me tomo el bondi directo. No seas testaruda porque te conozco.
Lola asintió con la cabeza.—Me voy que sino llego tarde. Nos vemos, nena —Pablo dejó un beso en la cabeza de Lola y salió del departamento.
Por alguna extraña razón, a Lola le parecía magnífico cuando Pablo se refería a ella de esa forma. Toda la vida se había referido a ella como nena, pero Lola nunca se acostumbraba y amaba sentir esa electricidad en el cuerpo cada que la nombraba de esa forma.
De nuevo llegaban las confusiones para la guitarrista. Había muchas cosas que le gustaban de Pablo más allá de lo físico, y eso la confundía, como siempre. Lola jamás entendió el sentimiento de estar enamorado, pues jamás creyó sentirlo. Siempre decía que lo más cerca que experimento sobre el enamoramiento, era lo que sentía por Pablo.
Lola dejaba todo atrás solo por él. Hacía todo lo que él le pedía, estaba rendida en su totalidad a su compañero de piso. Siempre estuvo segura de que lo amaba más que a nadie en el mundo, pero nunca iba más allá de la amistad.
Desde que llegó a Buenos Aires, sus creencias cambiaron drásticamente. Empezaba a dudar, y tenía miedo de ir hasta el fondo de aquel sentimiento extraño que sentía con Pablo. No quería arruinar las cosas. No quería perder la bellísima amistad de tantos años solo por confundirse durante unos meses.
Alejó aquellos pensamientos para prender la radio, encontrar alguna estación con buena música y prender un cigarrillo rubio en el balcón. Tenía tiempo de más para sobreanalizar su conciencia y corazón, en ese momento solo quería relajarse unos cinco minutos, escapar de su consciencia aunque sea solo un rato.
Abril de 1997
Era increíble la velocidad en la que la banda grabó sus canciones. Más de nueve horas diarias en el estudio, algunas cuerdas gastadas, baquetas rotas, púas perdidas y una voz bastante maltratada fueron suficientes para grabar catorce canciones en dos meses. También tuvieron un poco de aprieto y exigencia por la parte administrativa de la discográfica. Estas querían quejarse ya que ellos dictaron tan poco tiempo de confección, pero no podían reclamar nada, ya habían firmado el contrato.
Solo faltaba una canción, el bonus track. Lola decidió acceder a cantar la última canción del disco, haciendo un cover, por supuesto, de su artista favorito. Estaba terminando de afinar las cuerdas de su guitarra mientras se posicionaba frente al micrófono, lista para la grabación.—Bueno, ultima canción—Indicaba uno de los sonidistas desde el otro lado del ventanal— Con esto cerramos la etapa de grabación para ir directamente a la edición y arte conceptual. Eruca Sativa, pueden comenzar.
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1990 | Pablo Aimar
FanficPablo y Lola tenían un sueño en común: dominar todos los estadios del país. Pablo, como uno de los mejores futbolistas de su generación. Lola, como la próxima cantante de rock nacional más importante de Argentina. De Río Cuarto a Capital Fede...