Capítulo 1: Verano - Otoño [Parte 2]

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Song Jiyang POV

Ver al mismo hombre cada día y no poder decirle siquiera "hola" era un tanto torturante para Jiyang. Veía el reconocimiento en la vista del otro al verlo, cada día, dejaba ver en sus propios ojos la misma expresión, pero nada ocurría. Guardaba con resentimiento la esperanza que brillaba cada mañana de que ese día el desconocido se acercará y saludara, o que de alguna extraña manera cruzaran palabras.

Sus mañanas más desoladas no eran en las cuales no lo veía, eran en las cuales lo veía y este no le daba una mirada más allá de la generalizada. Pero estaban esos otros días, sí. En los que al verlo subir se encontraba con que el chico parecía buscar algo mirando hacia todos lados. Y esas mañanas que él llamaba "mañanas de fortuna" en las cuales tomaba tarde el trasporte y aun así lo veía.

Nombre, edad, ocupación, tenía esas dudas sobre la persona. No sabía si era una especie de enamoramiento o solo curiosidad, pero quería respuestas, no era de esas personas que se quedaban con dudas o que pensaban constantemente en él "¿y si...?" estaba orgulloso de ello e iba a saciar su curiosidad, no sabía cómo, pero lo haría.

Recordaba un hecho curioso que le ocurrió una mañana de verano caminando a la parada donde tomaba el autobús. Aquel otro hombre que reconocía y tomaba el autobús en la misma parada que él, que aún no le interesaba, ni llamaba a su atenta curiosidad, esa mañana, en la que Jiyang no tenía el mejor humor, se acercó a saludarlo unas calles antes de llegar a la parada.

—Hola —Simplemente había saludado y pareció que seguiría de largo cuando el desconcertado Jiyang saludo con la cabeza, pero el hombre giró y retrocedió hasta estar a su lado. —¿Vas hacia allí? —Había preguntado señalando el camino, ante el asentimiento de Jiyang el hombre sonrió. —¿Te molesta si vamos juntos? —Jiyang negó aun algo perplejo y comenzaron a caminar, la perplejidad quedó a un lado cuando de repente se sintió incomodó. —Discúlpame, no me presente. —Se detuvo el chico. —Me llamo Wang Hao Xuan, un gusto.

—Song Jiyang. —respondió tomando la mano que le era tendida.

Habían continuado el camino y tomado el mismo autobús, encontró un asiento al final del trasporte y el llamado hombre Wang Hao Xuan llegó a su lado preguntando si podía sentarse, nuevamente descolocando a Jiyang quien asintió.

La timidez y algo de vergüenza volvió a invadir su cuerpo cuando esa mañana fue una de las primeras en las que vio al hombre que lo llenaba de curiosidad subir y parecer buscar entre la multitud de pasajeros hasta finalmente pararse cerca de su asiento, llegando de apoco a pararse a un lado. Esa mañana había sido una tortura para él, teniendo a un posible pretendiente y el centro de su curiosidad, deseado e indeseado a la vez, ignorándolo e intentando llamar su atención.

Para su tranquilidad, después de esa mañana, no volvió a ver a Hao Xuan. La persistente idea de recrear la misma situación para conocer al hombre rondaba su mente, pero la falta de valentía y ego lo aplacaban. Solía bajar dos paradas antes que la suya, pero Jiyang bajaba junto a él y caminaba la distancia solo para tener unas calles caminando cerca de aquel hombre.

Aquella mañana en particular, estaba fresca al ser de las primeras del otoño, quería tomar una fotografía del hombre. Caminando por la vereda al otro lado de la calle, trato de captar disimuladamente el perfil de hombre. No quería creer que era enamoramiento, prefería verlo como una curiosidad por la gran diferencia consigo mismo que veía en la otra persona.

El color en la piel del sujeto era tan blanca y luminosa a comparación de la simple suya. El contorno facial delicado y masculino, los rasgos faciales también eran diferentes. Sus labios eran exageradamente finos a comparación de los del otro, los ojos quizá podría identificarlos familiares en la tonalidad del color, pero cejas y pómulos eran dos mundos diferentes. Su cara tenía algo de relleno extra mientras que el mismo no parecía tener un gramo extra, no solo en pómulos, sino en todo su cuerpo. Sus cejas eran tan oscuras como el cabello que mantenía en un corte limpio pero moderno, en cambio Hao Xuan, tenía un cabello con un corte más anticuado y personal además de largo, sus cejas eran poco pobladas y de casi insignificante forma. El resto de su cuerpo lo había visualizado ligeramente durante el verano y era curvo como el mismo jamás sería, cada musculó resaltando de aquellas ligeras ropas que lo había visto lucir.

El muchacho miró hacia él y Jiyang sonrojado guardó de inmediato el celular y miro hacia adelante fingiendo indiferencia, comenzó a sudar bajo los mechones de su cabello que caían sobre su frente cuando lo vio cruzar la calle y pararse justo frente suyo.

—Hola —Lo saludó haciendo detener sus pasos, sintiendo repentinamente que sus palabras lo abandonaban, Jiyang no respondió —¿Quieres tomarme fotos? ¿Te gusta lo que ves? —Hao Xuan espero respuesta, pero ninguna salía de la garganta de Jiyang. —¿Las que tomaste las publicaras en Instagram o Facebook?

—Yo... yo... —camino unos pasos hacia atrás y fue seguido por el hombre que caminó hacia adelante, no parecía tener una agradable expresión en su rostro, a Jiyang no le agradaba.

—Chico, me pareces lindo, pero no puedo permitirlo. —Le sonrió de lado y extendió la mano. —Necesito eliminar las fotografías. —Jiyang negó. —Chico, me hubiera gustado conocerte de otra manera, porque en verdad llamabas mi atención, pero necesito eliminar las fotos.

—Yo... no las publicare en ningún sitio. —aseguró.

—Entonces ¿por qué motivo las has tomado? ¿Has tomado en otras ocasiones más fotografías? —Negó instantáneamente ante la pregunta. —No mientas, te he visto seguirme, ¿era para esto? —El chico parecía cada segundo más enojado y Jiyang comenzaba a inquietarse.

—Tengo que irme —trato de continuar su camino, pero su brazo fue tomado y su cuerpo empujado ante el muro de una de las casas.

—Hablo en serio... —susurro cerca de su rostro, pero no terminó sus palabras al escuchar la puerta más cercana abrirse y ver salir a una mujer de avanzada edad que al notar su presencia los miró con desconfianza.

El chico lo soltó y Jiyang comenzó a caminar rápidamente alejándose del chico. En su mente se auto regañó y se cuestionó de su cordura por tomarle fotografías a un extraño en la calle, uno que podría ser un sujeto peligroso o no, pero de todas maneras era un desconocido. No sabía si era ilegal tomar fotografías de esa manera, pero era más que seguro que alguien con un poco de estabilidad mental no lo haría. Tenía que estudiar sus ideas y ocurrencias atentamente. Era momento de dejar aquella curiosidad veraniega y no dejarla proseguir en el otoño que ya había comenzado.

Las cuatro estaciones [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora