Song Jiyang POV
Era el último frente frío, los últimos días sufriendo ese tramo tan difícil del año donde los huesos se congelaban. O al menos era lo que Jiyang había escuchado en las noticias antes de salir corriendo de su casa, la hermosa chica del clima había prometido que era la última semana de frio, que la siguiente semana poco a poco comenzaría a subir la temperatura. Quería creerle, pero había tenido las mismas esperanzas dos semanas atrás y continuaba con sus pies congelados cuando caminaba a la parada de autobús, sin embargo, la hermosa chica del clima continuaba dando mentiras en vestido y tacones, maquillada y con el cabello suelto, pero perfectamente peinado en un caliente estudio sin soportar el frío viento en la cara que despeinaba hasta a las chicas de cabellos largos que pasaban a su lado.
Odiaba a la chica del clima, porque después de fallar en sus pronósticos no pedía disculpas, solo sonreía angelicalmente y parecía enamorar a compañeros de trabajo y televidentes. Había aprendido a no confiar en ella el otoño pasado cuando aseguró que no llovería y no llevo paraguas para terminar llegando a su casa pareciendo un pez recién salido del agua.
El frío de aquella mañana lo había mantenido por más tiempo bajo las mantas, había perdido el autobús correcto y estaba de mal humor, realmente no parecía ser un buen día. No era que siempre alcanzará el autobús correcto, no era como si cada mañana lograra verlo, pero era esa sensación de cansancio que venía ligada al frío y se unía con el mal humor, que curiosamente también producía el frío, porque no era cómodo para él sentir sus pies congelados. No era agradable saltar cada mañana de la cama con el miedo de perder la posibilidad de verlo en el día.
Llegar tarde a sus responsabilidades, el frío, la risa estúpida de la chica del clima resonando en su cabeza, el locutor de la radio que parecía reírse de él diciendo que era un hermoso día para quedarse en la cama a dormir. Todo ayudaba a que su malhumor e inexistente paciencia llegarán a un límite de ebullición peligroso, estaba cansado y esas palabras se repetían continuamente en su mente junto con la risa chillona.
—Por quedarte dormido has perdido el autobús, no te veré hasta mañana... si es que despiertas temprano.
Aquel mensaje de Hao Xuan produjo su desborde, podía entender que el chico pretendía bromear, pero estaba cansado de su extraña relación matutina, porque era el único momento en el que lo veía. Día tras día, cada mañana, en cada encuentro era besado de la misma manera, esa que lo dejaba sintiéndose borracho, pero necesitado de más, y nunca había más.
—No me he quedado dormido, solo que no siempre puedo alcanzar cada mañana el mismo autobús, además de que tengo otras cosas que hacer, quizás te vea mañana.
Era mentira, si se había quedado dormido, no tenía otra cosa que hacer, pero no le daría el gusto.
—Mentiroso, te dije anoche que te durmieras temprano y continuaste en línea hasta no sé qué hora.
—No todos nos dormimos a las 10 de la noche como si fuésemos ancianos.
—Deberían, son las 8 horas necesarias.
—No todos tenemos tu ritmo de vida y metabolismo. Sean cual sean, pero seguro que no son los míos.
—Entonces te veré cuando decidas dormir temprano.
—No es como si sólo debiéramos vernos en la mañana, podríamos vernos más tarde, en el almuerzo o en la noche, incluso podría ir a tu casa, o podrías venir a la mía.
—Te veré mañana, me asegurare de tomar el mismo autobús, aunque lo tomes tarde.
—¿Por qué no podemos vernos por la tarde?
—No tengo otro tiempo, disculpa.
—¿Por qué no? ¿Qué es lo que haces en todo el día?
—Creo que estás de malas.
—Si, lo estoy, y quiero una respuesta, mi mal humor viene de estar cansado de tener que ver al chico con el que... agh ni siquiera sé qué relación tenemos ¿Qué somos? En fin, estoy cansado de solo verte en la mañana, recibir dos besos y verte desaparecer.
—Pero si te mandó mensajes durante la tarde y la noche, y estoy seguro de que son más de dos besos.
—¿Y crees que eso basta? ¿Qué eres? ¿Una especie de novio matutino con el que tengo citas mañaneras?
—Por ahora es el único tiempo que tengo.
—¿Tiempo? Ni siquiera es un tiempo el que te haces para verme, solo usas el mismo tiempo que te tarda llegar a donde sea que vas.
—Creo que estas muy alterado ahora como para hablar.
—¿Qué soy? ¿Tu juguete de autobús?
—Repito, creo que estás alterado ahora mismo, hablamos cuando estés tranquilo.
—Mejor hablamos cuando realmente tengas tiempo, Hao Xuan.
—Intentaba que no te molestaras.
—¡Demasiado tarde!
—No deberías actuar de esta forma.
—No deberías tener relaciones cuando no tienes tiempo.
Se desconecto y ya no quiso revisar el celular a lo largo del día o más bien la aplicación de mensajería. Sabía que, al día siguiente, o la próxima semana si realmente se desvanecía poco a poco el invierno, él se arrepentiría de, prácticamente, haber mandado al demonio al chico del cual se estaba enamorando y el único que parecía ir más lento que una tortuga hasta el punto de no tener intenciones por el momento de tener un momento a solas con una cama cerca. Claro que eso le pareció tierno en un momento a Jiyang, era agradable construir una relación sin prisas, pero no a paso de tortugas. Tenía necesidades humanas y aun más, emocionales, no podía continuar sin establecer una relación y solo verlo diez minutos cada mañana, sin mencionar la poca información que conocía sobre la vida del chico.
Pero se conocía y su temperamento no jugaba nunca a su favor, se arrepentiría si el chico decidía que no merecía ese desplante y simplemente hubiera tomado el tren de partida al que el mismo lo envió de una patada. Jiyang se conocía tan bien que si eso pasaba sabía que levantaría la cabeza y le diría que él tampoco merecía una relación matutina con un desconocido, porque dejando los besos fuera, aquel chico hacía sentir su corazón más frio que el invierno a sus pies. Necesitaba cercanía, contacto, incluso palabras y Hao Xuan no parecía capaz de dar ni una sola de esas cosas.
ESTÁS LEYENDO
Las cuatro estaciones [TERMINADA]
Fiksi Penggemar✨SINOPSIS: Conocía a Xiao Zhan, aunque no lo hubiese visto en persona, lo conocía. Sabía de su gusto por la moda, su desagrado a lo dulce, su libro y película favorita. Era consciente de que situaciones lo hacían feliz y cuales le entristecían. En c...