¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Pov Narradora:
- Gracias Quacks - Dijo Luzu con una sonrisa genuina - No hay de que agradecer Lusu, siempre voy a estar para ti -.
Los corazones de los dos chicos latían a la misma velocidad y con la misma frecuencia e intensidad.
Lo que ellos no sabían es que un dios los veía a la distancia, este era conciente del enamoramiento de Quackity al chico de cabello castaño, sin embargo no había dicho nada. Aquel el cuál solo observaba silenciosamente estaba profundamente enamorado del chico de cabello azabache.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Media hora después el de cicatriz estaba solo en su hogar, ya que Luzu se había retirado de esta minutos atrás.
Subió al segundo piso y abrió la puerta del baño para seguidamente limpiarlo con rapidez.
Al terminar fue a cambiarse de ropa y retirar su máscara.
La camisa blanca que usualmente vestía se encontraba rota, así que optó por ponerse una camisa roja.
No tenía que levantar sospechas, por lo que retiro el vendaje de sus alas, las cuales yacían con quemaduras y algo lastimadas.
Sin embargo oculto estás con algunas de sus plumas.
Empezó a volar con dirección al cielo, no iba a mentir, le dolía y mucho, pero se tendría que aguantar si no quería ser interrogado por algún dios sobre su condición actual.
Al llegar divisó una figura a lo lejos al acercarse un poco más se dió cuenta que era Auron.
— Q ¿En dónde te lastimaste? — Pregunto el castaño dándole un breve escaneo visual a su contrario.
El menor solo pudo señalar sus alas, el de mechon entendió a la perfección e inmediatamente se llevó a su amigo a un lugar alejado.
— Un pendejo de los héroes puso una mina, la pisé y me lastime las alas — Dijo Quackity con una mueca de dolor.
— Seguro fue Rubius. Ven que te curo — Dijo Auron para seguidamente tocar con delicadeza las alas del azabache sacándole un quejido a este mismo.
El mayor solo se sorprendió al ver el deplorable estado de las alas de su amigo — Tienes que tener más cuidado hombre, pero para empezar ¿Que hacías ahí? —.
