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Pov Narradora:
Quackity despertó mientras tallaba sus ojos, volteo a ver a su lado y vio a Luzu a su lado, esto no lo sorprendió, pues recordaba a la perfección lo que había pasado.
Aleteo con fuerza para estirar sus alas. Sus alas.
Corrió rápidamente hasta el baño con su playera, gabardina y boxer en mano, entro y cerró la puerta con brusquedad provocando un estrenduoso ruido.
Se hizo presente un punzante dolor en su espalda que lo hubiera hecho caer si no se hubiera agarrado de una pared.
Después de recomponerse fue a mirar sus alas en el espejo, estás tenían unas cuantas cortadas y moretones.
Las consecuencias de haber ocultado sus alas podrían ser: Dolores de espalda intermitentes, hematomas, heridas, lesiones, caída de plumas severa y de más.
Tuvo suerte de no haberse lesionado.
Se colocó su playera y gabardina en la parte superior y evidentemente sus boxers en la inferior
Regreso a la habitación a ponerse su pantalones, sin embargo se encontró al castaño semidesnudo fuera de la cama, se sonrojo al verlo de tal manera.
— Hola Quackity, ¿Cómo amaneciste? — pregunto el mayor mientras sonreía con dulzura — Me duele el culo, pero fuera de eso bien —.
Se vistieron por completo y bajaron a desayunar, fue agradable, las risas de ambos llenaban el ambiente, haciendolo cálido y divertido.
— Quackity ¿Puedo preguntar algo? — Cuestión el oji rubí mientras veía a su contrario expectante — Claro, dime — Respondió este.
— Ayer ví en abdomen y brazos cicatrices, ¿Puedo saber que las provocaron — Evidentemente Luzu ya tenía una idea de la causa de estás, sin embargo no quería sacar conclusiones antes de tiempo.
Aquella pregunta tensó al menor, sabía exactamente que excusa poner ante aquella pregunta — Oh, hace un tiempo sufría fuertes ataques de ansiedad y hacia eso para calmarme, pero hace ya tiempo que no lo hago —.
El azabache había sonado tan verídico que logró convencer al castaño, aunque aquello solo ocultaba la cruda y amarga verdad de su salud mental, estaba jodido en ese aspecto, su vida antes de Luzu solo era el trabajo, no había otra cosa más que eso, ni siquiera creía que aquello fuera vida.
La feliz imagen que ponía en todos lados solo era eso, una imagen, no era cierta, realmente tenía muchos problemas que descargaba a través de las autolesiones. El dolor de realizar aquella acción lo hacía sentir vivo.
Una parte de lo que había dicho era verdad, si utilizaba la autolesión como forma de liberar su ansiedad y tristeza.
Y aunque siguiera teniendo los mismos problemas de antes, ahora tenía a aquel chico de ojos rubí que aportaba felicidad y ganas de vivir a su insignificante y triste existencia.
— Bien, tengo una idea, ¿Puedes ir a quitarte la camisa al baño? — Dijo el mayor con una sonrisa, mientras que sus palabras habían dejado a Quackity impactado, solo asintió levemente.
— Te espero en mi habitación — Dijo para después irse.
Fue al baño y rebuscó en el bolsillo de su gabardina aquella pastilla roja que lo salvaría en esa situación. Después de un minuto buscando finalmente la encontró.
Servía para ocultar sus alas sin que perjudicará su salud, la noche anterior no la había tomado, ya que por la situación la pastilla no había pasado por su mente.
Fue por un vaso de agua a la cocina, puso la pastilla en su le gua y luego bebía agua hasta que logró tragarsela. el amargo sabor inundó su lengua haciendo que pusiera una mueca de asco.
Y en cuestión de segundos sus alas desaparecieron por completo, el efecto duraría al rededor de 4 horas, así que no tendría que preocuparse por ello en un largo rato.
Fue nuevamente al baño y quitó su playera y gabardina, así dejando ver su torso desnudo, y si bien en la mañana había corrido al baño con desesperación por sus alas también lo hizo por las cicatrices en su abdomen. Odiaba aquellas marcas pues mostraban su lado más vulnerable e infeliz.
Se dirigió a la habitación del castaño mientras tapa su abdomen con su playera inseguro.
Se encontró con Luzu sentado en la cama sin la parte superior de su ropa, tenía una cicatriz de su hombro a su pecho, no había visto ese detalle de el la noche.
— Acuéstate un momento — Dijo el oji rubí con ternura, el azabache acato las órdenes d este y se dirigió a la cama.
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PERDON POR LA TARDANZA AMIGUITXS. 😿
Espero les haya gustado mucho este capítulo!
Me ayudarían mucho votando y compartiendo la historia! 💗
