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Es curioso como se había adaptado totalmente a estar alerta las 24 horas del día francamente hacía mucho que no era capas de conciliar el sueño con forme pasaba el tiempo la ansiedad lo consumía no importa que seguía intentado ferozmente en mantener la calma pero , los estragos cada ves eran más difíciles de ocultar.

Ansiaba desesperadamente una salida de toda esa mierda, era bastante consciente de  lo que pasaría con el si fracasaba lo que estaba en juego era un  recordatorio que lo estaba llevando lentamente  a caer en la desesperación, bien si lo que buscaba Voldemort era verlo suplicar por un mejor final lo estaba logrado mientras más lo pensaba más estaba seguro,  el era un medio para hacer miserables a sus padres, que jodida vida la suya.

Llegados a ese punto no se confiaba de nadie estaba enfrascado en su cometido, después de días de meditarlo finalmente encontró un medio viable para su cometido.

En teoría era simple su plan se basaría en arreglar un Armario Evanescente que estaba en Hogwarts ya que su pareja se encontraba en Borgin y Burkes; cuando lo arreglara un grupo de Mortífagos usaría aquel armario para llegar a Hogwarts, simple no ( nótese el sarcasmos)

Finalmente los Mortífagos armarían un escándalo  así el aprovecharía esto para ir con Dumbledore y matarlo o al menos lo intentaría, para que no le leyeran la mente, su tía Bellatrix le enseñó Oclumancia con el mero propósito de que no descubran su plan antes de tiempo.

Si bien ideó un plan desesperado para su misión suicida su pandilla eran los únicos que sabían algo al respecto pero no mucho a decir verdad desde que iniciaron las clases dejó de prestar atención a todo excepto reparar ese jodido armario maldecía al miserable que logro dejarlo en tan mal estado gracias a eso incluso dejó de jugar Quidditch y el amaba jugar otra razón para ser miserable pensó amargamente.

Toda su vida escolar asta el momento se resumía  en sus idas constantes a la Sala de los Menesteres en donde estaba el Armario Evanescente y lo intentaba reparar cada vez que podía intentando no levantar sospechas claro esta, para su fortuna o desgracia depende quien lo vea quienes le ayudaban a vigilar en esas ocaciones eran Crabbe y Goyle eran torpes pero eso era una ventaja no preguntaban nada solo seguían órdenes gracias a ello ambos tomaban la apariencia de niñas con una poción multijugos y se ponían detrás de la puerta de la sala; ellos portaban cualquier clase de objetos y cuando alguien venía, los soltaban, algo que provocaba un ruido que el detectaba eso le advertía que había alguien afuera.

Las semanas se alargaban anunciando su tiempo límite estaba frustrado con toda la situación pero no podía echarse para atrás, honestamente no tenía opción pero era menos patético si se convencía a si mismo que era su elección y no una medida desesperada por sobrevivir.

Era una de sus tantas tardes trabajado como era habitual seguía sin poder arreglar el maldito armario fastidiado salió de la sala de los Menesteres para dirigirse al comedor no podía levantar sospechas hacía mucho que los Griffindor lo tenían en la mira, no podía ausentarse ya que les daría motivos para seguirle como su sombra si no es que ya lo hacían a paso lento se dirigió al gran comedor con Crabbe y Goyle afortunadamente no se encontraron a nadie por el pasillo así que sin más entraron como era ya costumbre en cuanto ingresaron las miradas inquisitivas de Potter lo abordaron le dedicó una mirada de desdén, con fastidio se dirigió a su mesa y se sentó al frente en su lugar como príncipe de Slytherin tomó lo primero que vio y sin muchas ganas se dispuso a comer.

- Oye Draco, ¿ por qué tardaron tanto en llegar?,los esperamos desde hacía un tiempo- Pregunto Zabini con obvia curiosidad

- Por nada importante- dijo con indiferencia comiendo un bocado de lo que parecía puré de calabaza

🐉 Anánkē  🌑 ( DRUNA) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora