Jimin un chico inestable y creativo, reside en un pequeño pueblo de la campiña inglesa. Vive sin rumbo y va de un trabajo a otro para ayudar a su familia a llegar a fin de mes. Sin embargo, un nuevo trabajo pondrá a prueba su habitual alegría. En el...
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Y así quedó decidido. Yoongi recogería a Jungkook, lo traería en coche y se pasaría dos horas más tarde para llevarlo de nuevo a casa y encargarse de los cuidados nocturnos. Yo me había ofrecido, pero ambos insistieron en que "me tranquilizara" en mi cumpleaños.
--Park Seojoon—Mi padre tendió la mano y estrechó la de Yoongi. La tendió a Jungkook antes de retirarla con un movimiento brusco y un súbito ataque de vergüenza--Disculpa... Eh...
--Una reverencia es suficiente-- sonrió Jungkook entendiendo.
Mi padre me miró y entonces, al comprender que Jungkook bromeaba, soltó una gran carcajada, aliviado.
--Una reverencia, que bueno--dijo, y aprovechó el momento para presentar a mamá-- Ella es Sunhee, mi esposa.
Mamá nos invitó a pasar y mientras Jungkook la seguía yo aproveché en agradecer y despedirme de Yoongi.
Estabamos todos sentados alrededor de la mesa extendible que papá había armado, rezando y agradeciendo por la comida. Eunwoo aún no había llegado, supuse que era por el entrenamiento.
--Jungkook,¿entonces comprabas y vendías compañías?-- mientras nos seríamos la comida, papá habló-- ¿Conoces a un tal Alan Stondhouse? Aquél que remató los bienes de nuestra compañía...
--Temo que yo lo entrené...--hubo un silencio horrible hasta que el timbre de la casa sonó y agradecí la interrupción.
--¡Miren, llegó alguien!--me levanté emocionado y caminé hacia la puerta.
Lo primero que vi fue a Eunwoo aún colorado por el esfuerzo del ejercicio. No pude evitar comparar el estado en el que había llegado con el elegante conjunto que Jungkook se había esforzado en traer hoy.
--¡Nueve kilómetros en veintiocho minutos!-- gritó emocionado Eunwoo en cuanto abrí la puerta.
--y feliz cumpleaños a mi novio-- dije feliz esperando tal vez demasiado.
--Feliz cumpleaños-- pasó al interior dejando un rápido beso en mi mejilla-- perdona el retraso.
--Oh no, fueron veintiocho minutos...-- mi sonrisa se borró y volví a entrar.
De nuevo en la mesa, mientras alimentaba a Jungkook. Mi padre volvió a abrir la boca.
--¿Y no podrias volver?--soltó-- Obviamente sigues siendo brillante.
--¡Papá!
--Está bien-- Jungkook me dedicó una sonrisa tranquilizante-- La verdad es qje creí que podría practicar y volver como si nada, me equivoqué.
Luego miró a mi madre y elogió la comida.
--Solo dime Sunhee, por favor-- sonrió complacida-- Hoy queríamos que fuera especial, lastima que Rosé no está...es el cerebro de la familia, la adelantaron dos años en la escuela, ¿Verdad, Seojoon?
