Jimin un chico inestable y creativo, reside en un pequeño pueblo de la campiña inglesa. Vive sin rumbo y va de un trabajo a otro para ayudar a su familia a llegar a fin de mes. Sin embargo, un nuevo trabajo pondrá a prueba su habitual alegría. En el...
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Entre corriendo a urgencias. Gracias a la distribución laberíntica del hospital y mi natural incapacidad para orientarme, tardé siglos en encontrar el ala de cuidados intensivos. Tuve que preguntar tres veces antes de que alguien me señalara la dirección correcta. Por fin, abrí las puertas de la sala, jadeante y sin aliento, y ahí, en el pasillo, estaba Yoongi. Alzó la vista cuando me acerqué.
--Está estable.
Jungkook contrajo neumonía.
--Sus pulmones estaban bien el sábado por la mañana --dije.
--No es la primera vez, Jimin --Yoongi me apoyó acariciando mi cabeza-- Cualquier bacteria es peligrosa para su pulmones.
Me giré hacia la gran ventana que tenía la habitación, pude ver a Jungkook acostado con los ojos cerrados.
--¿Puedo entrar?--pregunté angustiado.
--Haneul está con él-- me respondió el padre de Jungkook leyendo un periódico afuera-- Dejémosla un rato ahí...es su cuarta neumonía en dos años. La última casi lo mató.
Haneul se quedó toda la noche al lado de Jungkook, tomando su mano y atenta por si algo pasaba. Yo quería hacer lo mismo sinceramente, pero me quedé dormido afuera de la habitación.
Al día siguiente le traje un café a Haneul y también aproveché para ver a Jungkook.
--¿Cómo sigue?
--Un poco mejor creo-- me respondió ella algo ronca.
--¿Necesita que la releve por un rato?-- ofrecí al ver que ella no había tenido una buena noche en esa silla.
--Creo que necesito un cambio de ropa-- besó la mano de su hijo suavemente antes de salir de la habitación-- Gracias.
Una parte de mí albergaba la esperanza de que Jungkook oyera mi voz. Una parte de mí deseaba que abriera los ojos sobre esa máscara de plástico y que me dedicara una sonrisa, cosa que últimamente hacia más seguido.
Me senté y observé cómo el reloj marcaba las horas y oí los murmullos ocasionales de los doctores y algunas enfermeras en el hospital. Tomé la mano de Jungkook todo el tiempo.
Pronto abrió los ojos, débil, haciendo que sonriera ampliamente y me acercara a quitarle la mascarilla de oxígeno para poder hablarle.
--¿Cómo te sientes?-- di pequeñas caricias en su mano.
--Me he sentido mejor...
--No te creo-- sonreí-- Solo quieres llamar la atención, Jeon Jungkook.
Jungkook cerró los ojos, lo que me interrumpió en medio de la frase. Cuando los abrió de nuevo, había un amago de disculpa.
--Creo que hoy no voy a estar muy ocurrente, Jimin.
Puse la máscara de oxígeno en lugar y volví a sentarme. Con delicadeza, tomé nuevamente esos dedos entre los míos y cerré la mano en torno a ellos.