Me Before You || Adaptación Kookmin

2

Estaba en el club de atletismo, a Eunwoo le encantaba correr en la pista o ir al gimnasio. Bajé por las escaleras, abrazándome contra el frío, y caminé despacio hasta la pista. Lo saludé con la mano cuando se acercó suficiente como para verme.

--Corre conmigo, lindo-- jadeó al acercarse-- Solo me faltan dos vueltas y ya.

Tomó mis manos y comencé a correr junto a él. Era la única manera en que íbamos a poder mantener una conversación.

--Sal a buscar trabajo, piensa en lo que quieres hacer-- mi novio seguía corriendo mientras yo hacia lo posible para seguirle el paso-- ¿Qué tal agente de bienes raíces o ventas?

--No han pasado ni veinticuatro horas desde que perdí mi trabajo ¿Es que no puedo estar ni un rato triste y decaído?

--No siempre puedes estar triste, todos los mejores empresarios se recuperan cuando tocan fondo.

Suspiré profundamente cuando señaló su camiseta. Eunwoo había recibido el galardón al Joven Emprendedor del Año en Stortfold hacía dos años y todavía no se había recuperado de semejante honor. Ahora tenía un socio, junto a quien ofrecía sesiones de entrenamiento personal.

--Yo no soy tú, Woo-- hice una seña con mis manos señalándolo a él y a mi-- Yo horneo y preparo té.

Me iba quedando atrás. Detesto correr. Lo detesté a él por no aminorar el ritmo.

--Vuelve a sonreir, ponte un traje elegante y ve a la oficina de empleo. Y no te preocupes por las vacaciones, yo las pago.

Me lanzó un beso y volvió a correr dejándome solo y frustrado.

Fui a la oficina de empleo, como resultado de estos esfuerzos, soporté un breve periodo reemplazando a alguien en el turno nocturno de una fábrica de procesados de pollo (tuve pesadillas con mollejas durante semanas). Pasé dos semanas en una cadena de comida rápida. El horario no estaba mal, pero me despidieron cuando una de las muchachas me sorprendió debatiendo sobre los juguetes gratuitos con una niña de cuatro años. ¿Qué puedo decir? Era una niña lista.

--¿Qué tal el salón de belleza?-- mencionó Seokjin, mi "asesor personal" en la oficina de empleos.

--Yo y la cera no nos llevamos para nada bien.

--Se me acaban las opciones para ti, Jimin.

--Jin, por favor, aceptaré lo que sea-- tomé sus manos mirándolo con desesperación y su mirada se dirigió hacia la computadora en el escritorio.

¿Cómo explicar a este hombre lo mucho que deseaba trabajar? ¿Acaso tenía la menor idea de cuánto echaba de menos mi anterior empleo?. Ni se me había pasado por la cabeza que era posible echar de menos un trabajo igual que se echa en falta una pierna o un brazo, extrañaba a el olor de la cafetería, a la dulce ancianita que usualmente no terminaba su comida, los dulces deliciosos, a Frank.

La voz emocionada de Seokjin me sacó de mis pensamientos.

--Acaba de llegar, al parecer no está lejos de tu casa pero tendrás que hacer algo con tu vestimenta-- yo solo asentía a cada palabra hasta que mencionó lo último y mi ceño se frunció.

Solté un largo suspiro y miré mi colorida vestimenta.

--Cuidado y compañía para un discapacitado, se necesita alguien que conduzca, cocine y ayude-- intenté ver la pantalla de la computadora de Seokjin-- Tiene un contrato fijo de seis meses, el salario es excelente y al parecer están desesperados porque es la quinta vez que intentan contratar.

--¿No es una broma Jinnie?-- me levanté de la silla emocionado.

--No dice nada sobre habilidades especiales, es perfecto para ti-- solté un pequeño grito y abracé fuertemente a mi amigo.

Recogí mis cosas, listo para volver a casa.

Dios santo--dijo mi padre-- ¿Te lo imaginas? Como si acabar en una silla de ruedas no fuera ya castigo suficiente, luego aparece Jimin para hacerte compañía.

¡Seojoon!-- le regañó mi madre.