Jimin un chico inestable y creativo, reside en un pequeño pueblo de la campiña inglesa. Vive sin rumbo y va de un trabajo a otro para ayudar a su familia a llegar a fin de mes. Sin embargo, un nuevo trabajo pondrá a prueba su habitual alegría. En el...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
--Dime, ¿Es un outfit apropiado para ir a un concierto?
Me subí a una silla mostrándole un bonito conjunto blanco a mi hermana que me veía por la cámara de la computadora.
--Para un concierto de Metallica no, de New Diamond es posible-- Rosé me inspeccionaba-- Creí que Eunwoo entrenaba hoy.
--Sí, pero en la noche llevaré a Jungkook a un concierto-- arreglé la camisa blanca ayudándome del reflejo de la cámara.
--¿Será una cita?
--Oye, ¿se ve bien mi trasero?-- me di la vuelta ignorando lo que había dicho.
--Demasiado bien y más para un hombre que puede mirarlo sin culpa cada vez que te das la vuelta-- rió.
--¡Que desgraciada eres!
--Claro que vas a tener una cita con Jeon Jungkook-- de repente se puso seria-- mejor usa el rojo.
Sonreí estando de acuerdo.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Llegué a casa de los Jeon a las seis de la tarde, había decidido ponerme un traje rojo y maquillarme superficialmente. Me sentía bonito. Cuando entré al anexo Yoongi fue el primero en notar mi presencia mientras ayudaba a Jungkook a terminar de prepararse.
--Wow--silbó el enfermero al mismo tiempo que Jungkook daba la vuelta a la silla para verme.
Los ojos de Jungkook me recorrieron de arriba abajo. Solo entonces me di cuenta de que ahora vestía camisa y chaqueta. Afeitado, con el pelo cortado, estaba sorprendentemente guapo. No pude contener una sonrisa al verlo. No tanto por su aspecto, sino porque se notaba que había hecho un esfuerzo.
Yoongi fue a preparar las cosas de Jungkook. Yo estaba pensando aún en si debería elogiarlo por como se veía, cuando me di la vuelta y vi que aún me miraba, ahora con una gran sonrisa y un pequeño brillo en los ojos.
--Estás maravilloso, Park --dijo, en voz baja-- De verdad.
Me sonrojé
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.